CIUDAD DEL VATICANO, 4 mar 2001 (ZENIT.org).- La promoción de la unidad de los cristianos tiene desde el sábado pasado un nuevo líder en la Iglesia católica, el neocardenal Walter Kasper.
Confirmando las previsiones de todos los expertos en cuestiones vaticanas, Juan Pablo II nombró ayer al purpurado alemán presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en sustitución del cardenal australiano Edward Idris Cassidy, quien había presentado las dimisiones por razones de edad.
Kasper, que cumplirá mañana 68 años, es un teólogo de fama mundial, que ha tenido también importantes cargos pastorales. En su patria ha sido durante diez años obispo de la diócesis de Rottenburg-Stuttgart hasta 1999.
En marzo de ese año el Papa le llamó a Roma para convertirle en secretario del Consejo vaticano encargado de la promoción del diálogo ecuménico.
Ha sido uno de los teólogos católicos más comprometidos en el diálogo con la Iglesia luterana que llevó a la firma, en octubre de 1999, en Augsburgo (Alemania) de la Declaración común sobre la doctrina de la justificación.
En un artículo publicado precisamente en el último número de la revista italiana «Il Regno», el nuevo cardenal afronta el futuro del ecumenismo: si bien constata las dificultades actuales, pero en el que afirma que se trata de «una opción irreversible».
Y «quien quisiera regresar a la situación del pasado no sólo habría perdido la cabeza, sino que además quedaría abandonado por el Espíritu Santo».
Juan Pablo II nombró ayer también al nuevo secretario del organismo vaticano para el ecumenismo, que sustituye a Kasper. Se trata del sacerdote canadiense Marc Oullet, de 56 años, quien ha sido elevado al mismo tiempo a la dignidad episcopal. De 1995 al año 2000 había sido consultor de la Congregación vaticana para el Clero.