MADRID, 2 abr 2001 (ZENIT.org).- «El hecho de que se haya aprobado la ley de parejas de hecho, no significa que la aceptemos», ha declarado a Zenit, María Angeles Muñoz, miembro de la Escuela de Liderazgo Social y Político, asociación perteneciente al Foro de la familia y defensa de la vida, con motivo de la reciente aprobación, en las Cortes Valencianas, de la ley de parejas de hecho del gobierno popular.
Un centenar de asociaciones, que representan a más de 300.000 familias, se han reunido en este Foro, promovido por las tres diócesis de la Comunidad Valenciana –Castellón, Valencia y Alicante–, para mostrar su oposición a esta ley que da carta de legitimidad a las llamadas parejas de hecho, incluyendo en las mismas a las uniones de homosexuales (Cf. Zenit, 1 de abril de 2001),
«Esta ley equipara las uniones de hecho, sobre todo de homosexuales, con la familia –continúa María Angeles Muñoz–. Es una discriminación a la familia. Concede a las uniones de hecho, los mismos derechos, pero no les exige los mismos deberes».
Además, esta ley abre el camino a la posible adopción de menores por parte de parejas homosexuales, circunstancia que ya se está produciendo de hecho, en esta Comunidad Autónoma, mediante la figura del acogimiento de niños.
La polémica ley, promovida por el gobierno del Partido Popular, liderado por Eduardo Zaplana, ha contado, únicamente, con el apoyo social del grupo de gays y lesbianas «Lambda».
«La aprobación de esta ley forma parte de una campaña de imagen –señala María Angeles Muñoz–.Quieren transmitir una imagen progresista –no de progreso humano, porque el progreso humano no es eso–. Existe una plataforma de homosexuales dentro del Partido Popular y, como partido, presionan. Tienen mucha fuerza y están muy bien organizados».
En cambio, el gobierno popular ha hecho oídos sordos a la movilización social de las 300.000 familias reunidas en el Foro, así como al llamamiento de los obispos, contra la aprobación de la ley.
A pesar de ello, el Foro está preparando un manifiesto con propuestas a favor de la familia, como medio para paliar los efectos de la ley de parejas de hecho.
«No vamos a quedarnos quietos –asegura María Angeles Muñoz–. Esta movilización ha sido un ejemplo de comunión entre los obispos y los seglares. Hemos actuado todos a una. La aprobación de esta ley no nos deja parados, sino que nos impulsa a defender aquello que ya ni nuestros teóricos representantes defienden».
La polémica ley parece haber contado con el apoyo del presidente del gobierno, José María Aznar, y del gobierno central, el cual podría estudiar la elaboración de una ley muy similar que regule, a nivel nacional, las parejas de hecho.
Por Inés Vélez