«No es quitándole la vida al victimario, que devolvemos la de la víctima», señala la iglesia en su semanario «Panorama Católico».
«Ciertamente la sociedad tiene el legítimo derecho y el inalienable deber de sancionar y castigar a los delincuentes, pero de allí a otorgarle la potestad de matar, hay gran distancia», añade.
La posición de este órgano católico tiene lugar después de que un congresista del oficialismo expresara su interés de presentar un anteproyecto de ley destinado a establecer la pena de muerte, ante el incremento de la criminalidad.
La presidenta Mireya Moscoso se expresó hace poco contraria a esa medida.
La Iglesia argumenta que la pena de muerte no es un «antídoto, ni evita la actuación de los homicidas, pero sí trae consecuencias irreparables en su aplicación».