CIUDAD DEL VATICANO, 4 abr 2001 (ZENIT.org).- En vísperas del Día Mundial de la Salud 2001, que se celebrará el 7 de abril, Juan Pablo II lanzó esta mañana un emotivo llamamiento a todos los cristianos para que reserven una especial atención a los enfermos mentales, argumento al que ha sido consagrado este año esta celebración convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«En esta ocasión –dijo el Papa antes de despedirse esta mañana de los 15 mil peregrinos que participaron en la audiencia general del miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano–, renuevo mi llamamiento para que cada uno, según sus responsabilidades, se comprometa en la defensa de la dignidad y derechos de los enfermos mentales».
«Que nadie se quede indiferente ante estos hermanos nuestros. La Iglesia mira a los que sufren a causa de esta enfermedad con respeto y cariño, y exhorta a toda la comunidad humana a acogerles, prestando especial atención a los más pobres y abandonados», concluyó el Santo Padre.
Según ha explica la OMS en un comunicado oficial el objetivo primordial del Día Mundial de la Salud 2001 es influir en la opinión pública y estimular el debate sobre la manera en que se puede mejorar la situación de los enfermos mentales.
«En todo el mundo, unos 400 millones de personas sufren trastornos mentales o neurológicos o problemas psicosociales como los relacionados con el abuso de alcohol y drogas –explica la OMS–. De cada cuatro personas que buscan ayuda en los servicios de salud, una al menos padece alguno de esos trastornos, que a menudo no se diagnostican correctamente y, en consecuencia, no se tratan».
«Disponemos de remedios para tratar muchos trastornos y lograr que las personas con problemas mentales/cerebrales se desenvuelvan en la comunidad. Sin embargo, las sociedades siguen levantando barreras tanto a la asistencia que requieren esas personas como a su reintegración», constata la Organización Mundial para la Salud.
Durante la jornada prevista la OMS resaltará los aspectos más relevantes de la atención y la exclusión a partir de un número limitado de trastornos: problemas depresivos, esquizofrenia, Alzheimer, alcoholismo, epilepsia y retraso mental.