Al dirigir un mensaje a los asistentes al congreso para jóvenes «Desenmascarando los nuevos abortivos», el purpurado aclaró que este fármaco no es anticonceptivo, «como afirman algunos, porque desde el momento que el óvulo es fecundado hay vida».
«Que le pregunten a la mamá más sencilla», añadió. Cualquier duda sobre lo que lleva desde las primeras horas en sus entrañas le ofendería, añadió, pues desde el primer instante de la fecundación ya se encuentra determinado el programa genético, y todo lo que se haga después para eliminarlo no es más que pura técnica abortiva.
«Tenemos que hacer conciencia en todos los profesionales de la medicina y de las farmacias para que sean testigos del valor de la vida humana, defendiendo la más débil e indefensa, como es el caso del embrión humano, víctima inocente de una cultura y de una política incapaz de sostener adecuadamente la dignidad de la persona», propuso por el contrario el purpurado.
El arzobispo de la Ciudad de México se pronunció por una verdadera educación sexual que ayude a los adolescentes a vivir la sexualidad de forma responsable y manifestó que esa es una tarea urgente.
«Es tiempo de que nuestra sociedad más allá de las propagandas engañosas del sexo libre y del sexo seguro empiece a hablar y a educar en el sexo responsable», concluyó.