Fue el mismo gobierno de Kamapala el que pensó que sólo un misionero católico, no involucrado por los intereses del conflicto, como es el caso del padre Tarcisio Pazzaglia, podría dar garantías para la negociación a las dos partes en conflicto.
De este modo, Pazzaglia se ha ido al norte del país, en la frontera con Sudán, para encontrarse con los representantes de la guerrilla en su centro de operaciones y negociar una posible entrega de las armas en aras de la pacificación de este sector del país.
A juzgar por los comentarios del religioso, se ha tratado de un coloquio que ha tenido lugar en «un clima de gran cordialidad». El jefe rebelde ha manifestado su voluntad de llegar a la paz y «ha apreciado la oportunidad de diálogo que se les ha ofrecido».
El religioso comboniano ha contado, además, que «los líderes rebeldes han manifestado algunos temores sobre la posibilidad real de gozar de la amnistía concedida recientemente por el gobierno de Kampala. De ahí que pidan mayores garantías, pero reafirmando su firme intención de deponer las armas».
«El ejército ha asegurado que no atacará a los grupos del LRA durante las negociaciones que acaba de inaugurar, a la vez que el Ejército de Resistencia se abstendrá de tender emboscadas», concluye.