CIUDAD DEL VATICANO, 3 junio 2001 (ZENIT.org).- En medio de la conmoción provocada por el dramático atentado perpetrado en una discoteca de Tel Aviv en el que murieron 20 jóvenes y 90 quedaron heridos, la diplomacia del Papa se mueve sin descanso para hacer que regrese la lógica del diálogo y se adopte inmediatamente un alto al fuego.
Este fin de semana culminaba la misión del enviado especial de Juan Pablo II a Tierra Santa, el cardenal italiano Pio Laghi, quien llevó en mano una carta de puño y letra dirigida por el pontífice a Yasser Arafat y a Ariel Sharon.
El jueves pasado, el ex prefecto de la Congregación para la Educación Católica y ex nuncio en Estados Unidos y Argentina, entregó el texto al primer ministro israelí, Sharon.
En la idéntica misiva dirigida a los dos líderes, el Papa afirma que es un imperativo moral el cese de la violencia y el examen de todo camino que pueda conducir al alto al fuego y a la paz.
El encuentro entre el legado pontificio y el primer ministro israelí fue cordial. De hecho ya se habían conocido cuando Sharon visitó el Vaticano como ministro de Asuntos Exteriores.
Sharon confirmó la voluntad de paz de su gobierno, confirmado por el alto al fuego unilateral proclamado el pasado 22 de mayo, pero «ante el aumento del terrorismo y la subversión», añadió, Israel no podrá quedarse durante mucho tiempo con los brazos cruzados. Por eso, pidió al cardenal que la Santa Sede utilice su influencia ante Arafat para exigir el cese del terrorismo.
Poco antes de que se celebraran, el viernes pasado, los funerales de Faisal Husseini, alto responsable de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el cardenal Pío Laghi, acompañado por el arzobispo Pietro Sambi, delegado apostólico en Jerusalén, se encontró con Arafat.
En el encuentro, caracterizó también por la cordialidad, a pesar de la conmoción provocada en el mundo árabe por la pérdida de Husseini, Arafat presentó los sufrimientos de su pueblo y el carácter dramático de la situación, así como la necesidad de que la comunidad internacional se comprometa para resolver la situación.
El líder de la Autoridad Palestina ofreció también su disponibilidad a favor de una paz fundada sobre la justicia.
La situación en este domingo seguía siendo sumamente tensa. Desde que Arafat pronunció oficialmente el alto al fuego, en la noche del sábado, en la sede del Gobierno palestino, se han registrado seis incidentes armados, según denunció Israel, cuyo Gobierno contemplaba con total escepticismo su aplicación.
El pesimismo se hacía más claro tras la publicación de un sondeo del Centro Palestino de Opinión Pública, según el cual, un 34,4 por ciento de los palestinos apoya el alto al fuego con Israel, un 49,1 por ciento se opone y el 16,5 por ciento se abstiene de opinar.