CIUDAD DE GUATEMALA, 8 junio 2001 (ZENIT.org).- El Tribunal encargado de dictar sentencia sobre el asesinato del obispo auxiliar de Guatemala, Juan Gerardi, condenó este viernes a treinta años de prisión inconmutables a tres militares, considerados como autores del crimen.
El Tribunal también condenó al sacerdote Mario Orantes como cómplice del asesinato del obispo auxiliar defensor de los derechos humanos, quien en el momento de su muerte tenía 75 años, y lo sentenció a veinte años de prisión inconmutables.
En cambio, el tribunal absolvió por unanimidad a la empleada doméstica del prelado, Margarita López, que había sido acusada por el fiscal de encubrimiento del asesinato.
Basándose en el testimonio de una persona sin techo, Rubén Chanax Sontáy, el Tribunal Tercero de Sentencia consideró que han sido coautores del crimen el coronel retirado Byron Disrael Lima Estrada, su hijo el capitán Byron Lima Oliva y el ex guardaespaldas presidencial, José Obdulio Nillanueva.
En las audiencias del proceso, Chanax había asegurado que había visto el 26 de abril de 1998 a los militares en el escenario del crimen, el garaje de la casa parroquial de la iglesia San Sebastián, situada a unos 300 metros de la sede oficial del Gobierno, en la que residía el obispo.
El Tribunal consideró que el homicidio constituye, según el código penal guatemalteco, un delito de «ejecución extrajudicial», castigado con 30 años de cárcel.
Además, el capitán Lima Oliva fue condenado a dos años de cárcel conmutables por el delito de uso público de documentos falsificados.
Según la resolución judicial, el móvil del asesinato fue «político», a causa de la labor que desempeñaba el prelado. Gerardi fue asesinado a golpes en la cabeza unas 54 horas después de haber acusado al Ejército de ser el responsable del 80 por ciento de 55.000 casos de violaciones a los derechos humanos, registrados durante los 36 años de guerra civil.
Estas denuncias quedaron documentadas en el informe de la Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), «Guatemala: Nunca más».
El Tribunal Tercero de Sentencia tardó cinco horas en pronunciar su veredicto. Previamente, el proceso incluyó 42 audiencias y la presentación de más de 120 testigos.