En primer lugar, el arzobispo de Lublín, monseñor Jozef Zycinsky, celebró una eucaristía en memoria de los judíos asesinados por los nazis.
Luego, en el cementerio judío del pueblo, tuvo lugar una oración por los difuntos en hebreo, recitada por un representante de la comunidad local, Roman Litman.
Antes de la segunda guerra mundial, los judíos constituían más del 90 por ciento de los 5 mil habitantes de la zona. En el pueblo, los nazis reunieron a más de 30 mil personas, antes de transferirlas a los campos de concentración de Soibor y Belzec.