Se han destruido monumentos históricos, se han destruido coches de los dirigientes de la mezquita, se ha amenazado al mufti de Belgrado y se han violado las tumbas musulmanas del cementerio Borca.
El ministro serbio para la Religión emitió un comunicado el 13 de junio para afirmar que se trata de «actos prohibidos por la ley y completamente contrarios a la tolerancia religiosa y ética que ha vivido durante siglos la sociedad civil de Belgrado».
En los últimos meses, además, se han registrado inscripciones antisemitas en el edificio de la comunidad religiosa judía y la sinagoga, así como otros hechos vandálicos, como la rotura de ventanas en la Iglesia Bautista de Belgrado, y la pintura de símbolos neonazis en una galería de arte que mostraba la vida de la comunidad gitana de Belgrado. La policía ha sido incapaz de identificar a ninguno de los autores de estos atentados.