NUEVA YORK, 25 junio 2001 (ZENIT.org).- ¿Se quedará una vez más todo en palabras o se lograrán hechos concretos en la lucha contra el sida? Este es el interrogante con el que este lunes ha comenzado en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York la Asamblea general que recuerda los veinte años del descubrimiento del primer caso de esta pandemia.
Unos 180 países participan en el encuentro de tres días, junto a representantes de grandes empresas privadas y a los responsables la Agencia de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA). Juan Pablo II se hará presente con una carta dirigida al secretario de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
En las últimas dos décadas, según ONUSIDA, el sida ha acabado con la vida de 22 millones de personas en todo el mundo. En estos momentos, las personas que tienen la enfermedad y los seropositivos son unos 36 millones. Cada día, 15 mil personas quedan infectadas.
De estos 36 millones, al menos 25 millones viven en África. La emergencia afecta también de manera particular a Asia, Europa del Este y América Latina.
En estos momentos, en los países en vías de desarrollo, se gastan 1,8 mil millones de dólares en tratamientos y prevención, mientras que sólo en los Estados Unidos se destinan 20 mil millones de dólares para afrontar el problema dentro de sus fronteras territoriales.
El viernes pasado, la revista «Science» publicaba un estudio, realizado en colaboración con ONUSIDA, según el cual, para detener la epidemia en los países en vías de desarrollo sería necesario gastar 9,2 mil millones de dólares al año en estas regiones.
Al conocer estos números, en semanas pasadas, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, lanzó la constitución de un fondo internacional que buscar recoger entre 7 y 10 mil millones de dólares. Hasta ahora ha recibido 528 millones.
El objetivo de la sesión que tiene lugar en el Palacio de Cristal de Nueva York es, por tanto, doble: movilizar una vez más a la comunidad internacional ante la epidemia y solicitar donaciones para el fondo.
Ahora bien, como sucede desde hace unos años en casi todas las Conferencias internacionales de las Naciones Unidas, lo más complicado del encuentro es la redacción del documento final que debería adoptar las estrategias de prevención.
El documento borrador sobre el VIH/SIDA incluye varias veces el término «servicios de salud reproductiva», que implica el aborto, según se explicó a mediados de junio en la Sesión de las Naciones Unidas para preparar la Cumbre Especial a favor de la Infancia.
En la Asamblea sobre el sida, participará como representante de la Santa Sede el arzobispo Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.
El representante vaticano presentará a la Asamblea doce sugerencias para luchar contra el sida (educación, prevención, coordinación de todos los gobiernos a nivel global, atención a los enfermos, problema de las medicinas, etc.).
