En el mensaje pontificio, dirigido al cardenal Paul Shan Kuo-hsi, obispo de Kaohsiung y presidente de la Conferencia regional de los obispos chinos, el Papa pide a Dios «abundantes dones divinos de consuelo, valor y fuerza» para los damnificados.
Las víctimas mortales del tifón, que asoló Taiwán hace tres días, alcanzaban este miércoles las 77 y todavía había más de 100 personas desaparecidas. Muchas regiones han quedado asoladas, principalmente las del centro de la isla. Se trata de las peores inundaciones y deslizamientos de tierra en Taiwán en los últimos cincuenta años. Los daños en el sector agrícola se calculan en unos 50 millones de dólares estadounidenses.