El obispo de San Cristóbal acoge a su regreso a desplazados de Chiapas

Un paso hacia la reconciliación en el Estado mexicano

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XOYEP, 29 agosto 2001 (ZENIT.org).- El obispo de San Cristóbal de Las Casas, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, acogió ayer a 333 personas desplazadas de la localidad de Acteal, quienes regresaban a sus comunidades de origen, tras un destiero que ha durado algo más de 45 meses.

El prelado los recibió en la localidad de Yabteclum y caminó junto a ellos durante más de quince kilómetros.

Decenas de hombres, mujeres y niños se asomaban a la vera del camino de tierra que culebrea hasta Yaxgemel para observar la larga caravana motorizada que entró a la aldea, donde se asentaron las primeras 38 familias, de un total de 62, que se sumaron a este primer retorno.

Monseñor Arzimendi iba acompañado por el párroco de Chenalhó, Pedro Arriaga, para quien el retorno de los desplazados «es un paso muy firme» en el largo proceso de reconciliación de las comunidades indígenas divididas a consecuencia del surgimiento del Ejército de Liberación Nacional (EZLN) y la proliferación de grupos paramilitares.

«El retorno es arriesgado, porque el gobierno no hizo antes una operación de desarme, porque hay aún muchas órdenes de aprehensión pendientes y porque estamos en guerra», afirmó.

El coro de Acteal, donde 45 indígenas fueron asesinados el 22 de diciembre de 1997, dio en Yaxgemel la bienvenida a quienes regresaban.

El comisionado para la Reconciliación de los Pueblos en Conflicto, Juan González Esponda, asegura que «la decisión de retornar fue de los interesados», indígenas tzotziles.

El grueso de los desplazados –que, según la Iglesia católica, suman más de 10.000– permanecerá en campamentos de refugio en las agrestes montañas de Chenalhó.

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ZENIT Staff

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