Del 16 de septiembre hasta el 17 diciembre las reliquias de la joven santa francesa han recorrido todas las diócesis del Canadá, comenzando por Vancouver hasta llegar a la península de Terranova.
Un comunicado de la Conferencia episcopal canadiense señala que se ha tratado de un «éxito sin precedentes».
Lo más sorprendente, reconoce el texto, es que los restos de la muchacha francesa han atraído a muchas personas alejadas habitualmente de la Iglesia.
Las reliquias fueron expuestas en parroquias, conventos, monasterios, y en los lugares de peregrinación más importantes del país, donde millares de personas permanecieron durante horas orando en silencio.