«Matar a un ser humano no puede formar nunca parte de la práctica médica». Es más bien responsabilidad de los médicos», escriben los prelados en una declaración de la Conferencia Episcopal de Suiza (CES)

La CES sugiere que una futura legislación sobre la materia debería adoptarse siguiendo las directivas de la Academia Suiza de Ciencias Médicas.

Los prelados insisten al mismo tiempo en la importancia de ofrecer a los pacientes tratamientos paliativos y de evitar el así llamado ensañamiento terapéutico.

La Conferencia episcopal expresa su desacuerdo, sin embargo, por el hecho de que el Consejo nacional helvético no hay puesto límites a las actividades de los grupos de ayuda al suicidio, pues «el control de estas actuaciones no puede ser dejado únicamente a las administraciones cantonales o municipales».