MILAN, 16 diciembre 2001 (ZENIT.org).- Gracias a Cáritas, los niños de la pequeña aldea e Nec en Kosovo, ya no tendrán que caminar a pie varios kilómetros para llegar a la escuela más cercana, en Korenica.
La pequeña escuela de su aldea fue destruida durante la guerra, en 1998. Ahora Caritas Italia acaba de concluir un nuevo edificio escolar, recogiendo fondos entre las diócesis. Se han recogido e invertido 250.000 dólares.
El edificio, inaugurado este fin de semana, ofrecerá educación primaria a más de 200 niños. El objetivo es ofrecer una estructura formativa adecuada a las exigencias educativas de la comunidad de las tres aldeas de la zona (Nec, Dushnje y Shishman) y del «Barrio Nuevo» habitado por los desalojados de las aldeas destruidas en las montañas.
La estructura comprende también espacios educativos paraescolares, como campos deportivos y biblioteca.
Es una escuela multétnica y multirreligiosa, pues entre los pequeños habitantes del lugar, en su mayoría albaneses musulmanes, también hay algunos católicos y numerosos gitanos.
Cáritas Italia, además, ha reconstruido e inaugurado además en la última semana los acueductos que llevarán agua potable a diez mil personas de las aldeas de montaña de Zym, Dedaj y Krajk, en el municipio de Prizren, habitadas en su mayoría por musulmanes y algunos católicos. Incluso antes de la guerra, a muchas de sus casas no llegaba el agua.
En Kosovo, Caritas Italia ha contribuido ya a la rehabilitación de 1.130 casas y de un gran número de estructuras pedidas por las comunidades parroquiales y de las aldeas (guarderías, escuelas, carreteras, centros pastorales, etc.).
Ahora el interés prioritario son los proyectos de carácter pastoral, social y psicosocial, de promoción económica, de educación para la paz y de tutela de los derechos humanos.
En Mitrovica, Caritas Italia ha puesto en marcha dos centros de orientación, uno al norte y otro al sur del país.
Seis personas, una católica, tres musulmanes y dos ortodoxos, según han explicado fuentes de Cáritas, ofrecen escucha, acompañamiento y orientación a los núcleos familiares «vulnerables». Se trata de personas que han huido del lugar de nacimiento, enfermos y desempleados. Muchos de ellos tienen la casa destruida, al menos un pariente muerto, viven en soledad, y entre ellos hay también minusválidos psíquicos y físicos.
En poco más de doce meses, el equipo de agentes formados por Caritas ha entrado en contacto con 362 familias. Además siguen de manera estable a 94 familias e problemas del sur del Kosovo y a 89 del norte.