MOMBASA, 4 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Entre el dolor y la indignación que han provocado las acciones terroristas de la semana pasada en Mombasa, los católicos han manifestado decididamente su apoyo a la paz.
Uno de los ataques provocó la muerte de 16 personas en un hotel frecuentado por israelíes, mientras que el otro atentado, mediante el lanzamiento de misiles contra un avión, fracasó.
Entre las reacciones que han suscitado los atentados sufridos, los católicos acudieron este lunes a una Eucaristía concelebrada, que contó con la participación de todos los sacerdotes presentes en el país africano.
El religioso Alfonso Poppi, miembro de la Fraternidad Sacerdotal de los Misioneros de San Carlos Borromeo, que trabaja en Kenia desde 1997, comentó a la agencia Fides que «al dolor y la solidaridad por las víctimas, se añade el miedo a que estos hechos puedan tener repercusiones sobre la vida interna de Kenia».
El padre Poppi explicó que «el país pasa en estos momentos por un momento delicado, porque en diciembre está previsto que se celebren elecciones presidenciales. Hasta ahora no habían ocurrido episodios violentos, como sucedió en anteriores campañas electorales, y el clima era sereno».
«La gente esperaba unos comicios libres y pacíficos –continuó–, pero estos atentados, que parece que son obra de una organización extranjera que ha utilizado a grupos extremistas locales, ponen en peligro la buena convivencia de que disfrutaban los ciudadanos».
En este contexto añadió que «las acciones violentas que han alterado la vida de los kenianos en los últimos años, por ejemplo el incendio de una iglesia, son en realidad provocaciones de los que luchan por el poder. De hecho no hay tensiones con el Islam local».
Dentro de la implicación activa de la Iglesia católica por la paz y el desarrollo en Kenia, esta Misa representa una nueva manifestación de la presencia pública de los cristianos en el país.
«Los kenianos rezan mucho, siguiendo las indicaciones del Santo Padre. Por ejemplo, la reciente carta de Juan Pablo II sobre el Rosario ha tenido una gran difusión», observó el misionero Alfonso Poppi.