ROMA, 19 diciembre 2002 (ZENIT.org).- El odio nazi por la Iglesia católica ha quedado documentado en el libro «Die Schuld» («La Culpa») que con el subtítulo: «Judíos y cristianos en la opinión de los nazis y en los tiempos presentes» acaba de publicar en Alemania Konrad Löw.
En la portada del libro, editado por «Resch Verlag» se puede leer: «Una respuesta a «Amén» y a «El Vicario»», en referencia las obras cinematográfica y teatral en las que se acusa al Papa Pío XII de haber sido demasiado condescendiente con el nazismo.
La aportación del volumen consiste en la documentación que presenta a lo largo de sus 355 páginas, 1.063 notas y una bibliografía de 331 libros.
El libro se convierte, al mismo tiempo, en una respuesta histórica a la obra de Daniel J. Goldhagen que acusa a la Iglesia de implicación en el nazismo.
Löw afronta con documentos históricos en su detalle aspectos poco conocidos hasta ahora de la política nazi, y en particular de la persecución continua y sistemática de los católicos.
El autor bávaro demuestra con aparato crítico cómo el «Zentrum», el partido católico, era apoyado y votado precisamente por los judíos. Un fenómeno que se explica por el hecho de que la Iglesia católica condenó el naciente racismo y nacionalismo con toda claridad. Por el contrario, constata, los evangélicos quedaron en gran parte fascinados por las teorías raciales.
El nombramiento de Hitler como canciller fue aplaudido por los evangélicos, recuerda Löw, mientras que los obispos católicos condenaron las teorías nazis. Por este motivo, subraya el autor, los nazis persiguieron en primer lugar a los comunistas y los judíos, pero también a los católicos.
Según la teoría nazi, dado que el cristianismo tenía sus raíces en el Antiguo Testamento, quien estaba contra los judíos debía estar por consiguiente contra la Iglesia católica.
La amplia documentación recogida por Löw documenta la ayuda a los judíos realizada por los católicos, que provocó la ira de los nazis.
El autor narra cómo los nazis invocaban «la indispensable arma del espíritu de la sangre y de la tierra contra la peste hebrea y el cristianismo».
En la parte central del libro, Löw reproduce detalladamente lo que dijeron y escribieron sobre los judíos y los católicos Adolf Hitler, Alfred Rosenberg, Joseph Goebbels, Heinrich Himmler y Martin Bormann.
En particular, Hitler quería pisotear a la Iglesia católica «como se hace con un sapo».
En el libro, se reproducen artículos y viñetas sobre católicos publicados por los periódicos «Das Schwarze Korps», órgano oficial de las SS, y «Der Stürmer», órgano racista.
En una viñeta publicada por los nazis en 1938, un judío, un sacerdote católico y un empresario capitalista tratan de detener la esvástica nazi que gira como las agujas del reloj de la historia.
En otra viñeta, publica por «Der Stürmer» en 1934, un judío, ante la imagen de Cristo en la Cruz, dice: «…le hemos matado, le hemos ridiculizado, pero somos defendidos todavía por su Iglesia…». En otra viñeta del mismo periódico, publicada en 1939, un sacerdote católico es presentado mientras estrecha dos grandes manos: una con la cruz judía, y la otra con la hoz y el martillo.
Para dar una idea de lo que los nazis pensaban de los católicos, Löw presenta un informe de las SS en el que se escribe: «Es indiscutible que la Iglesia católica en Alemania se opone decididamente a la política gubernamental de oposición al poder hebreo. Por consiguiente, realiza un trabajo de apoyo a los judíos, les ayuda a huir, utiliza todos los medios para apoyarlos en la vida cotidiana, y facilita su estancia ilegítima en el imperio del Reich. Las personas encargadas de esta tarea disfrutan de pleno apoyo del episcopado y no dudan en quitar a los alemanes, e incluso a los niños alemanes, la escasa comida para dársela a los judíos».