En declaraciones al diario católico «Pyonghwa Weekly», Roh revela: «Cuando me preguntan por mi bautismo me siento un poco avergonzado. En el pasado, era una persona muy lógica y racional y estaba muy lejos de cualquier credo. Pero la vida te reserva cosas inesperadas y de repente me encontré creyendo en la existencia de Dios y que es Él quien maneja todas nuestras realidades humanas. Hoy puedo decir una cosa claramente: creo en la Providencia de Dios».
Roh se bautizó en 1986 con el nombre de Justo y su mujer ha sido bautizada con el nombre de Adela.
Muchos miembros de la comunidad católica han enviado felicitaciones y buenos deseos al nuevo presidente, expresándole el deseo que el pueda realizar la voluntad de Dios a través de la política.
Entre los pedidos de los católicos al nuevo presidente se encuentran: la unidad del país; la armonía entre las clases sociales, generaciones y regiones; la reconciliación entre Corea del Sur y del Norte; promover una cultura de la vida, realizar políticas que cuiden a los más débiles y a los pobres de la sociedad. El presidente comenzará el ejercicio de su mandato el 25 de febrero del 2003.