Mensaje del Papa a los scouts de Europa

Con motivo del Encuentro (jamboree) de la Unión internacional de guías y scouts de Europa

Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 19 agosto 2003 (ZENIT.org).- Se ha celebrado en Polonia, del 1 al 12 de agosto, el VI Encuentro (jamboree) europeo de la Unión internacional de guías y scouts de Europa. Los ocho mil participantes entre guías y scouts católicos, procedentes de veinte naciones, peregrinaron el día 7 al santuario de Czestochowa, donde asistieron a la celebración eucarística, presidida por el cardenal Jozef Glemp. Ofrecemos el mensaje que les dirigió el Santo Padre.

* * *

A los guías y scouts de Europa reunidos para el VI Encuentro europeo

1. Con ocasión del Encuentro europeo de la Unión internacional de guías y scouts de Europa, que se celebra en Polonia, me alegra dirigiros, queridos guías y scouts de Europa, un cordial saludo y aseguraros mi profunda unión en la oración. El tema de este «encuentro europeo», Duc in altum!, retoma las palabras de Jesús a Pedro: «Rema mar adentro» (Lc 5, 4). Os invita a profundizar en el itinerario espiritual que se propuso a los cristianos de todo el mundo al final del gran jubileo del año 2000 y a los jóvenes, en Toronto, el año pasado.

2. Queridos jóvenes, responded con generosidad a la llamada de Cristo, que os invita a remar mar adentro y a convertiros en sus testigos, descubriendo la confianza que Cristo deposita en vosotros para crear un futuro unidos a él. Para poder cumplir esta misión, que la Iglesia os confía, se requiere ante todo que cultivéis una auténtica vida de oración, alimentada por los sacramentos, especialmente por la Eucaristía y la reconciliación. Como destaqué en la reciente encíclica Ecclesia de Eucharistia, «todo compromiso de santidad (…) ha de sacar del Misterio eucarístico la fuerza necesaria y se ha de ordenar a él como a su culmen» (n. 60). Así pues, es importante que la santa misa constituya el centro y el culmen de este encuentro, como de todos vuestros encuentros y, de manera particular, de vuestras semanas en la celebración del día del Señor.
La experiencia escultista, itinerario privilegiado de crecimiento espiritual, es un camino de gran valor para permitir la educación integral de la persona. Ayuda a superar la tentación de la indiferencia y del egoísmo, para abrirse al prójimo y a la sociedad. Puede favorecer eficazmente la acogida de las exigencias de la vocación cristiana: ser «sal de la tierra y luz del mundo» (cf. Mt 5, 13-16). Os invito a ser fieles a la rica tradición del movimiento escultista, comprometido con la formación en el diálogo, en el sentido de la justicia, en la lealtad y en la fraternidad en las relaciones sociales. Este estilo de vida puede ser vuestra contribución original a la realización de una fraternidad mayor y más auténtica entre los pueblos de Europa, una aportación valiosa a la vida de las sociedades en las que vivís.

3. Queridos guías y scouts de Europa, sois un don valioso no sólo para la Iglesia, sino también para la Europa nueva que veis construirse ante vuestros ojos, y estáis llamados a «participar, con todo el ardor de vuestra juventud, en la construcción de la Europa de los pueblos, para que a todo hombre se le reconozca su dignidad de hijo amado por Dios y para que se construya una sociedad fundada en la solidaridad y en la caridad fraterna» (Discurso a los scouts de Europa durante la audiencia general, 3 de agosto de 1994: L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 5 de agosto de 1994, p. 3).

4. En el santuario mariano de Jasna Góra, tan querido para mí, vais a renovar ante la Virgen de Czestochowa los compromisos de vuestro bautismo, vuestra promesa escultista y vuestra voluntad de ser verdaderos apóstoles del amor del Señor. Vais a repetir el acto de consagración a Nuestra Señora de la Anunciación, ya pronunciado hace casi veinte años en la catedral de Nuestra Señora de París, con ocasión de vuestro primer encuentro europeo. Desde entonces, el fiat con el que María respondió a la voluntad de Dios ha llegado a ser un elemento central de la espiritualidad de los guías y los scouts de Europa, de manera particular a través de la oración del Ángelus y del rosario. Que esos momentos de oración mariana, en este año consagrado a Nuestra Señora del Rosario, sigan impregnando vuestras jornadas, reavivando en vuestro corazón el recuerdo de la maravilla de la obra de la redención que Cristo cumplió por nosotros.

Cuando volváis a vuestros países, a vuestras familias y a vuestras comunidades, enriquecidos por la experiencia de esas jornadas, dejad que resuenen en vosotros las palabras de Jesús: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20). Sostenidos por su gracia, tratad de vivir con un entusiasmo renovado vuestro compromiso; así, el escultismo será para vosotros «un medio de santificación en la Iglesia», que favorecerá y animará «una unión más íntima entre la vida concreta y vuestra fe» (Estatutos, art. 1, 2, 7). Este es el deseo que expreso para vosotros en la oración. Invocando sobre vuestro encuentro europeo, sobre los responsables de la Unión internacional de guías y scouts de Europa y sobre cada uno de vosotros, la intercesión de la bienaventurada Virgen de Czestochowa, de corazón os imparto a todos una afectuosa bendición apostólica.

Castelgandolfo, 30 de julio de 2003

[Traducción realizada por «L’Osservatore Romano»]

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }