Se trata de una muestra del argentino León Ferrari, en la que combina iconos del cristianismo con símbolos militares y escenas eróticas.
Será «un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pediremos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad».
El llamado del purpurado había sido hecho en una carta pastoral difundida el pasado 1 de diciembre, en la que se refiere a la muestra plástica como una «blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad» y que se suma a «algunas expresiones públicas de burla y ofensas a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen».
La carta del primado de la Argentina tuvo repercusión en muchas diócesis del país, donde los respectivos obispos convocaron a imitar el ejemplo de Buenos Aires.
Por su parte, la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana expresó su repudio por la «agresión» que significa la muestra del artista Ferrari y, además de hacer suyos los reclamos del cardenal Bergoglio, solicita «con energía» a las autoridades nacionales y de la ciudad de Buenos Aires, que «con rigor arbitren lo necesario para reparar el daño efectuado y evitar su reiteración, especialmente en los medios y recintos que deberían ser de honesta formación cultural e información pública».