MÉXICO, lunes, 6 diciembre 2004 (ZENIT.org-El Observador).- Durante la peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe de la empresa de televisión mexicana, Televisa, el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, hizo un llamado a la conversión de todos los agentes que trabajan en los medios de comunicación pública del país.
«No nos queda duda de lo fundamental que son los medios masivos de comunicación para el funcionamiento adecuado de la sociedad», dijo el cardenal Rivera Carrera ante cientos de trabajadores de la empresa de comunicación privada más importante de América Latina, y agrego que «ellos (los medios) nos informan, nos entretienen, pero también nos educan y forman a las nuevas generaciones en los valores que muchas veces los jóvenes no reciben ni en su casa ni en la escuela».
Ante la insistencia de gran número de concesionarios de radio y televisión de México, en el sentido de que la comunicación pública debe abstenerse de cualquier tipo de reglamentación, el cardenal Rivera Carrera fue tajante al señalar que, si bien es cierto que la televisión es una empresa, también lo es que no se trata de cualquier tipo de empresa.
«Por su naturaleza de medio masivo que entra en la mayoría de los hogares de México --señaló-- tiene una enorme responsabilidad social, tiene un compromiso por consolidar la vida democrática del país, tiene el deber profético de denunciar las injusticias y los abusos de poder, tiene el imperativo ético de informar con la mayor veracidad posible atendiendo a los intereses reales de los mexicanos, debe cuidar que su crítica, aún siendo severa no sea destructiva ni debilite aún más las de por sí ya deterioradas instituciones del país, ni lleven a la desintegración del tejido socia».
«Televisa --dijo en su homilía el cardenal Rivera Carrera-- tiene el compromiso ético de brindar una programación de calidad que promueva los valores humanos, que forme, eduque e instruya a las nuevas generaciones».
«Esta empresa --agregó-- tiene el reto de alcanzar con inteligencia y creatividad el equilibrio entre lo comercial y su responsabilidad ética y social».
Al concluir su mensaje a Televisa el cardenal Rivera Carrera instó a los trabajadores del consorcio de comunicación a no olvidar nunca la centralidad y la dignidad de la persona humana.
«Las personas no son cosas ni mercancías desechables, somos hijos de Dios, redimidos por la sangre de Nuestro Señor, revestidos, por lo mismo, de una dignidad que se vuelve inalienable, digna de respeto y amor, que ningún fin puede justificar su desprecio, discriminación, vejación o peor todavía, su destrucción», aseguró.
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Dec 06, 2004 00:00