CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 20 enero 2005 (ZENIT.org).- El mundo tiene más necesidad que nunca de familias sanas capaces de defender valores comunes, aseguró Juan Pablo II este jueves al recibir en audiencia al congreso general de la Federación Internacional de las Familias de Schönstatt.
«¡El futuro de la humanidad se fragua en la familia!», reconoció el pontífice en el discurso que dirigió a sus huéspedes en alemán, recordando que la familia es el carisma de esta Unión.
«La familia es una escuela de amor –añadió. ¡Transmitid a la gente vuestro entusiasmo por el matrimonio y la familia!».
«La sociedad tiene en estos momentos más necesidad que nunca de familias sanas que sean capaces de defender los valores comunes. ¡Si fortalecemos la sacra institución del matrimonio y la familia en armonía con el designio divino, el amor y la solidaridad crecerán entre los pueblos!», aseguró.
En este Año de la Eucaristía, el Papa invitó a los miembros de Schönstatt a a encontrar «en el supremo sacramento del amor el manantial de toda comunión».
«De este modo seréis capaces de vivir plenamente la belleza y la misión de la familia», concluyó.
El Movimiento de Schönstatt, cuyo fundador es el sacerdote alemán Josef Kentenich (1885–1968), reúne a varios millones de personas en más de ochenta países en los cinco continentes.
Cuenta con más de 160 centros, cuyo eje principal es un Santuario, réplica del pequeño santuario original que se encuentra en el valle alemán de Schönstatt.