En una rueda de prensa concedida durante su visita oficial a Polonia, junto a su homólogo Aleksander Kwasniewski, Yúschenko, reconoció: «Sé que millones de personas y el Papa Juan Pablo II personalmente rezaron por la revolución naranja».
«Sin sus oraciones, la revolución no hubiera sido sin duda un éxito así», aclaró Yúschenko, quien el viernes pasado participó sin ocultar su conmoción en la misa de exequias de Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Siento mucho el no haber podido encontrarme con Juan Pablo II antes de su muerte», afirmó el presidente ucraniano.
Por su parte Kwasniewski reconoció que el Papa se preocupaba mucho por Ucrania y que en cada uno de los encuentros que había mantenido con él «siempre abordaba esta cuestión».
En los días en que tuvo lugar la «revolución», el Santo Padre había garantizado sus oraciones por el país evitando comentarios políticos.
Acogiendo los recursos presentados por la oposición, el Tribunal Supremo de Ucrania anuló doce días después de su celebración la segunda vuelta de las elecciones presidenciales porque «se cometieron falsificaciones» que hacían «imposible determinar el resultado». La votación entre Yanukóvich y Yúschenko se repitió el 26 de diciembre otorgando la victoria al segundo.