GUADALAJARA, jueves, 1 septiembre 2005 (ZENIT.org–El Observador).- El cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara, ha anunciado que el 20 de noviembre se celebrará en esta misma arquidiócesis la beatificación de trece mártires mexicanos que fallecieron durante la persecución religiosa que tuvo lugar en ese país durante los años veinte del siglo pasado.
El purpurado hizo el anuncio después de haber recibido la indicación oficial de parte del Papa Benedicto XVI para proceder a la preparación de las beatificaciones en esa fecha.
La celebración será presidida por el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, reveló el purpurado mexicano.
El anuncio tiene lugar después de que la Santa Sede publicara en presencia de Juan Pablo II, el 22 de junio de 2004, los decretos por los que se reconoce el martirio de los trece mexicanos.
En esa celebración, al referirse al «testimonio heroico» de los numerosos mártires que derramaron su sangre en aquellos años en tierras mexicanas, el cardenal Saraiva Martins consideró este reconocimiento como un «motivo de consuelo y de estimulo para esas comunidades eclesiales».
«Su glorificación en la tierra aumentará ciertamente la eficacia de su ejemplo y la confianza en el poder de su intercesión ante Dios», añadió entonces el purpurado portugués.
Entre los futuros beatos se encuentra el sacerdote José Trinidad Rangel Montaño, nacido el 4 de junio de 1887 en Dolores Hidalgo (diócesis de León, México); el sacerdote Andrés Sola Molist, misionero claretiano, nacido el 7 de octubre de 1895 en Taradell (España); y el laico y célibe Leonardo Pérez Larios, nacido el 28 de noviembre de 1883 en Lagos Moreno (México).
Los tres fueron asesinados «por odio a la fe» el 25 de abril de 1927 en Rancho de San Joaquín.
Otro de los mártires es el sacerdote de la diócesis de Veracruz, Dario Acosta Zurita, nacido el 20 de diciembre de 1908 en Naolinco (México), y asesinado en Veracruz el 25 de julio de 1931, «tres meses después de su ordenación sacerdotal», según recordó el cardenal Saraiva Martins.
En la lista aparece también el mártir laico, abogado y padre de familia Anacleto González Flores, nacido en 1888 en Tepatitlán (Jalisco) y de otros siete compañeros mártires. Todos ellos fueron asesinados entre 1928 y 1928. Tres de ellos, al igual que Anacleto, pertenecían a la Acción Católica de la Juventud Mexicana.
El último decreto reconoce el martirio de un adolescente de catorce años, José Luis Sánchez del Río, nacido el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo (Michoacán, México) y asesinado «por odio a la fe» el 10 de febrero de 1928.
«A estos Siervos de Dios, y especialmente a los mártires, que fueron víctimas de la intolerancia religiosa y del odio contra la Iglesia, encomendamos la paz del mundo», dijo el cardenal Saraiva al reconocerse su martirio.