TEGUCIGALPA, martes, 6 septiembre 2005 (ZENIT.org).- Ante las elecciones generales que tendrán lugar el 27 de noviembre en Honduras, los obispos lanzaron este lunes un llamamiento a «votar en conciencia».
Este es precisamente el título del comunicado, firmado por los prelados hondureños, en el que ven en esta consulta popular «una gran oportunidad que no se puede desperdiciar».
En las elecciones participan cinco partidos: el partido Unificación Democrática, el Nacional, el Liberal, la Democracia Cristiana e Innovación y Unidad-Social Demócrata.
Según el Tribunal Supremo Electoral, unos 4,3 millones de hondureños podrán ejercer el sufragio en las séptimas elecciones consecutivas desde que el país retornó a la democracia en 1980.
Publicamos el texto del comunicado episcopal.
VOTAR EN CONCIENCIA
Una gran oportunidad que no se puede desperdiciar
Los Obispos, miembros de la Conferencia Episcopal de Honduras, nos dirigimos a todos los fieles católicos y a todas las hondureñas y hondureños de buena voluntad. Nuestra intención es aportar criterios que sirvan para iluminar al pueblo Hondureño, desde ahora, hasta el momento de las elecciones y cómo hacer buen uso del derecho que tenemos para ejercer el sufragio.
Consideramos que ha habido un avance en la maduración política de la población; sin embargo, existen aún muchos defectos en nuestra democracia que nos exigen esta reflexión.
Queremos ofrecer unos principios inspirados en la ética, que ayuden al discernimiento ante la responsabilidad moral de participar en las elecciones; principios que han de servir tanto a los candidatos como a los electores, puesto que se fundamentan en el Bien Común.
Votar conscientemente supone, en primer lugar, crear y favorecer todas las condiciones para un sufragio democrático y además, que cada elector conozca el valor y las consecuencias del grado de responsabilidad que asume al ejercer este derecho.
En el presente proceso electoral nos sentimos llamados a pedirle a los ciudadanos “votar en conciencia”, lo cual significa ejercer el voto pensando en lo mejor para Honduras.
“La conciencia es el núcleo mas secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto mas íntimo de aquella” (Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et Spes 16). Es la voz interior que responde a la pregunta ¿Qué debo hacer? En el caso que nos ocupa, es lo que en nuestro interior responderá a la pregunta nada fácil ¿Por quién debo votar?
Votar en conciencia es, en el fondo, votar libre de todo interés que no sea el del Bien General de la Nación.
ALGUNOS CRITERIOS
1. Para votar en conciencia, cada elector(a) ha de tener una visión lo más clara posible de lo que necesita Honduras para ir superando el subdesarrollo y afianzarse en el Bien de la Nación. Esto nos permitirá juzgar de entre todas las propuestas que ofrecen los candidatos cuál es la que responde mejor a esa visión de futuro.
2. Toda democracia es representativa y en Honduras está en vías de ir desarrollando su condición de democracia participativa. Por tanto, votar en conciencia sería hacerlo por aquella propuesta que facilite la participación de la ciudadanía en el crecimiento de nuestra nación y ello implicaría no sólo nuestro voto, sino el compromiso de aprovechar todas las plataformas posibles desde las que los ciudadanos podamos participar en la vida política.
3. Votar en conciencia es exigir a los Partidos y a los candidatos un Plan concreto de Gobierno en el cual se contemplen varios puntos como salud, vivienda, alimentación, vestido, educación, empleo, etc. Muy en particular se ha de atender en forma prioritaria las necesidades de los marginados. Las promesas de los candidatos en estas áreas deben fundamentarse en análisis serios y no en discursos demagógicos.
4. Votar en conciencia es no votar por una falsa agenda política, que no responde a las necesidades reales de la población, lo cual nos haría descartar a todos aquellos candidatos que pretenden obtener cargos de elección popular con la finalidad de alcanzar puestos de trabajo, privilegios personales o influencias provechosas para si mismo.
5. Votar en conciencia es el resultado de no haberse dejado influir por ninguna manipulación a favor o en contra de los candidatos, sea propiciada por algunos medios de comunicación social o por recursos propagandísticos de ciertos candidatos.
6. Votar en conciencia es votar con verdadera libertad interior, lo cual significa no ceder a la tentación de vender el voto o de votar por un interés particular, en lugar de votar por el Bien General de la Nación.
CONCLUSION
Estas próximas elecciones son una magnifica oportunidad para que en todos los foros, espacios y Medios, se insista -y los electores conversen, se comuniquen y aporten elementos de análisis-, por lo menos en tres de los aspectos fundamentales de todo proceso electoral socialmente provechoso:
A. La necesidad de conocer nuestros mayores desafíos y cómo se están enfrentado o no.
B. El deber de elegir, de manera responsable e informada, a los candidatos más idóneos que posean una clara y realizable visión de país.
C. El derecho a exigir una continua y transparente rendición de cuentas de cómo ejercen sus funciones como condición indispensable para que exista una verdadera democracia.
Una jornada electoral como la que se avecina es un momento donde el ciudadano reafirma que él es el dueño de la democracia, la cual no se puede reducir al ejercicio del sufragio, sino que se construye con la participación ciudadana, sin embargo, no olvidemos que el “Buen Voto” es la expresión del tamaño de nuestras esperanzas y del compromiso común de convertirlas en realidades irrenunciables.
Si iluminados por estos criterios realizamos un discernimiento que nos lleve a votar en conciencia, fieles a nosotros mismos, renovaremos nuestra esperanza de construir una nación justa y equitativa, solidaria y participativa, segura y próspera.
Acercarse a las elecciones es un acto de sabiduría, como nos exhorta el Apóstol San Pablo: “…Transfórmense por la renovación de su mente, de modo que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto...” (Romanos 12, 2). La Doctrina de la Iglesia nos exige hacer de los políticos “Ministros del Bien Común”, “Constructores de Calidad de Vida”, visionarios de perspectivas ciertas del porvenir, donde la violencia cederá a la paz social y los intereses particulares darán paso al Bien General de la Nación.
Que Nuestra Señora de Suyapa, Madre de Dios, nos acompañe en este proceso y que podamos aprender de ella a vivir siempre cerca del Señor Jesús, para que Dios viva en Honduras, y todos los hondureños vivamos con Dios.
Tegucigalpa, 5 de Septiembre del 2005.
CONFERENCIA EPISCOPAL DE HONDURAS (C.E.H.)
Card. Oscar A. Rodríguez M., SDB
Arzobispo de Tegucigalpa y
Presidente de la C.E.H.
Mons. Raúl Corriveau, PME
Obispo de Choluteca
Mons. Luis A. Santos V., SDB
Obispo de Santa Rosa de Copán.
Mons. Mauro Muldoon, OFM
Obispo de Juticalpa.<br>
Mons. Angel Garachana P., CMF
Obispo de San Pedro Sula.
Mons. Roberto Camilleri, OFM
Obispo de Comayagua y
Secretario General de la C.E.H.
Mons. Luis Solé F., CM
Obispo de Trujillo.
Mons. Guido Plante, PME
Obispo Coadjutor de Choluteca.
Mons. Rómulo Emiliani S., CMF
Obispo Auxiliar de San Pedro Sula.
Mons. Juan José Pineda F., CMF
Obispo Auxiliar de Tegucigalpa.