El enviado del Papa entre las víctimas del «Katrina»

Celebra la misa dominical en la catedral de Baton Rouge

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BATON ROUGE (Estados Unidos), domingo, 11 septiembre 2005 (ZENIT.org).- El presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», el arzobispo Josef Cordes, enviado especial de Benedicto XVI a las poblaciones afectadas por el huracán «Katrina», llegó este sábado para dar testimonio de la solidaridad de la Iglesia y del Papa.

El prelado, que está llevando ayuda material concreta a las poblaciones, presidió este domingo la
celebración eucarística en la Catedral de Baton Rouge, en recuerdo de las víctimas de la catástrofe natural y también todas las víctimas de la violencia, en el cuarto aniversario del 11 de septiembre de 2001.

Por la tarde la delegación de la Santa Sede, de la cual forma parte el cardenal Theodore Edgar Mc Carric, arzobispo de Washington, se encontró con los obispos de la región y con el gobernador de Lusiana.

A continuación, los representantes del Papa visitaron a los evacuados en Baton Rouge y mantuvieron contactos con las numerosas personas comprometidas en las operaciones de ayuda, en particular con las Catholic Charities, como se llaman en Estados Unidos las Caritas diocesanas.

El lunes por la mañana, el presidente de «Cor Unum» –en latín, un solo corazón– tendrá un encuentro con otras autoridades locales y por la tarde tras una conferencia de prensa, realizará una visita a Biloxi en el Mississipi. Al día siguiente, viajará a Washington para encontrarse con las autoridades federales.

Esta misión del enviado del Papa, además de llevar un signo de cercanía tanto espiritual como material por parte de Benedicto XVI, quiere dar un impulso a las instituciones católicas que están ayudando en la fase de emergencia, para contribuir a preparar y acercar el momento de la reconstrucción

Muchísimas parroquias de EEUU y organizaciones católicas de todo el país, especialmente de Luisiana, Mississippi y Tejas están respondiendo solidariamente a la emergencia y a las necesidades a largo plazo que ha dejado a su paso el huracán Katrina, ofreciendo casas de acogida, alimentos, medicinas y puestos escolares.

Prácticamente todas las diócesis estadounidenses han realizado colectas y la ayuda de emergencia está llegando desde las agencias humanitarias católicas, las sociedades de San Vicente de Paúl, las escuelas y hospitales católicos, parroquias centros de espiritualidad y familias.

Respondiendo a una petición de la Cruz Roja estadounidense las diócesis han abierto refugios para ayudar a acoger la avalancha de desahuciados por el huracán.

En Beaumont, Texas, las escuelas católicas están reabriendo sus puertas a los niños desplazados. Las iglesias locales proveen de alimentos, cocinan, y dan ayuda médica y económica. Decenas de parroquias de Arkansas ayudan también a sus miembros que acogen en sus hogares a evacuados. Varias escuelas católicas han matriculado gratuitamente a estudiantes damnificados.

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ZENIT Staff

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