Obispo es nombrado por el gobierno colombiano miembro de la Comisión de Reconciliación

BOGOTÁ, martes, 13 septiembre 2005 (ZENIT.org). Monseñor Nel Beltrán Santamaría, obispo de Sincelejo, ha sido nombrado por el Gobierno colombiano como uno de los cinco miembros de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, ente encargado de poner en funcionamiento la Ley de Justicia y Paz, marco jurídico que da la posibilidad de que los miembros de los grupos armados dejen las armas.

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Monseñor Beltrán, participó en los diálogos de paz entre el Gobierno de César Gaviria y la Corriente de Renovación Socialista. Creó la Comisión de Conciliación de Sucre y fue miembro de la Red de Desarrollo de los Montes de María, informa el Departamento de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal de Colombia.

Además de Monseñor Beltrán, fueron nombrados el politólogo Eduardo Pizarro Leongómez y el facilitador de paz de Antioquia, Jaime Jaramillo Panesso. Aún se espera que el Presidente de la República, Álvaro Uribe, haga el nombramiento de dos personas más que conformarían la Comisión.

Entre las funciones de esta Comisión está la de garantizar a las víctimas su participación en procesos de paz; presentar un informe público sobre el surgimiento y evolución de los grupos armados ilegales y seguir y verificar los procesos de reincorporación de los hombres al margen de la ley a la vida civil. La fecha de la primera audiencia de la Comisión aún no está definida, pero se sabe que será en La Gabarra, Norte de Santander, zona limítrofe con Venezuela.

El Vicepresidente Francisco Santos delegó la Presidencia de esta Comisión al catedrático e investigador de la Universidad Nacional, Eduardo Pizarro, quien manifestó en sus primeras declaraciones a los medios de comunicación cuales serían sus desafíos: «El primero es crear un fondo de reparación de las víctimas con recursos de los victimarios, del presupuesto nacional y de la comunidad internacional. Que Japón, Estados Unidos y la Unión Europea donen al Fondo para la Reparación de las víctimas parte de la deuda colombiana».

«Hay que determinar quiénes son las víctimas y agruparlas para que tengan interlocución y exijan el cumplimiento de la ley», añadió.

«Es fundamental crear una Comisión de la verdad en el futuro, fuera de toda sospecha, de alto reconocimiento social, que permita construir esa historia compartida como la que hizo Ernesto Sábato, en Argentina, que se llamó ‘nunca jamás’», afirmó Pizarro.

«Que la Comisión tenga un alto respaldo nacional, que sea muy representativa del país, de las regiones, de los sectores de la sociedad, que haya representación de la Conferencia Episcopal, de las mujeres, de las organizaciones de paz, que se gane la confianza de las asociaciones de víctimas y de la comunidad internacional para que nos brinde su apoyo», concluyó el catedrático.

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ZENIT Staff

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