CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 26 septiembre 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI tuvo un coloquio privado el sábado pasado con el famoso teólogo y disidente del Magisterio de la Iglesia, Hans Küng, en el que conversaron sobre los que este último está investigando en estos últimos tiempos.
El encuentro, que tuvo lugar en la residencia pontificia de Castel Gandolfo se celebró en plena discreción. Joaquín Navarro Valls, director de la Oficina de Información de la Santa Sede, reveló en la tarde de este lunes detalles del diálogo.
«El encuentro se desarrolló en un clima amigable. Ambos estaban de acuerdo en que no tenía sentido entrar, en el marco del encuentro, en una disputa sobre las divergencias doctrinales persistentes entre Hans Küng y el Magisterio de la Iglesia católica», afirma el comunicado emitido por el portavoz vaticano.
En particular, el encuentro versó sobre dos temas: el fundamento de una «ética mundial», y el diálogo de la razón de las ciencias naturales con la razón de la fe cristiana.
El profesor Küng, de 77 años, nacido en Sursee, en el cantón suizo de Lucerna, fue suspendido de la enseñanza de la Teología en las Facultades católicas por la Congregación de la Doctrina de la Fe en 1979 –el cardenal Joseph Ratzinger todavía no era su prefecto–.
Ambos se conocen personalmente desde 1957, cuando Ratzinger publicó una recensión sobre la tesis de doctorado de Küng. Según explica en su libro autobiográfico «Mi vida», el futuro Papa no compartía muchas de sus tesis, pero entablaron una buena relación personal.
Ratzinger fue nombrado profesor de Teología dogmática en la universidad de Tubinga, en 1966, a petición –y por insistencia– de Küng, que enseñaba en esa universidad.
Según explica el comunicado informativo del encuentro, escrito en alemán, «el profesor Küng subrayó que su proyecto de ética mundial no es ni mucho menos una construcción intelectual abstracta; sino que pone de manifiesto los valores sobre los que convergen las grandes religiones del mundo, a pesar de todas las diferencias, y que pueden percibirse como criterios válidos –a causa de su convincente carácter razonable– por la razón secular».
«El Papa apreció el esfuerzo del profesor Küng para contribuir en un renovado reconocimiento de los valores esenciales de la humanidad a través del diálogo de las religiones y en el encuentro con la razón secular», añade el texto.
«Subrayó que el compromiso por una renovada conciencia de los valores fundamentales de la vida humana es también un objetivo importante de su pontificado», aclaró.
Joseph Ratzinger demostró que conoce muy bien la propuesta de Küng sobre la ética mundial en el debate que mantuvo con el filósofo Jürgen Habermas el 19 de enero de 2004, por iniciativa de la Academia Católica de Baviera en Munich (Cf. «Las bases morales prepolíticas del Estado liberal»).
En su encuentro con su antiguo compañero el Papa reafirmó además «su acuerdo sobre el intento del profesor Küng de reavivar el diálogo entre fe y ciencias naturales y de hacer valer, en relación con el pensamiento científico, la sensatez y la necesidad de la cuestión sobre Dios».
«Por su parte, el profesor Küng aplaudió los esfuerzos del Papa por favorecer el diálogo de las religiones y también el encuentro con los diferentes grupos sociales del mundo moderno», concluye la nota vaticana.