El Papa visita un hospital de niños para transmitirles la predilección de la Iglesia

La primera visita pública de Benedicto XVI a un centro sanitario

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ROMA, viernes, 30 septiembre 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI visitó en la mañana de este viernes el Hospital Pediátrico «Niño Jesús» de Roma para manifestar, como él mismo reconoció, la predilección de la Iglesia por la infancia, en particular, por los niños que sufren.

Al llegar a este hospital de vanguardia científica que pertenece a la Santa Sede, enclavado en la colina romana del Janículo, junto al Vaticano, el Papa fue recibido por aplausos y vivas de los familiares de los niños y por el personal médico y sanitario.

En compañía del presidente del hospital, el doctor Francesco Silvano, el pontífice quiso recorrer en primer lugar los diferentes departamentos del hospital para poder encontrarse cara a cara con los pequeños. A cada uno les dirigió una palabra de aliento, les acarició, les dio su bendición. En más de una ocasión, no pudo esconder su emoción, aunque no perdió la sonrisa.

Después, el «abuelo vestido de blanco» se encontró con los pequeños y el personal del centro en el auditorio, en un encuentro, que comenzó con el saludo emocionado de uno de los pequeños enfermos.

A continuación, el Papa tomó la palabra para confesar que «al pasar por algunos departamentos, al encontrarme con tantos niños pequeños que sufren, he pensado espontáneamente en Jesús que amaba con ternura a los niños y que quería que les dejaran ir con él».

«Sí, como Jesús, también la Iglesia manifiesta una especial predilección por la infancia, en especial cuando se trata de niños que sufren», aseguró el Santo Padre.

El pontífice aclaró que quiso visitar ese hospital en particular «para testimoniar yo también el amor de Jesús por los niños, un amor que surge espontáneamente del corazón y que el espíritu cristiano hace crecer y reforzar».

«En toda persona que sufre, y todavía más si es pequeña y está indefensa, Jesús nos acoge y espera nuestro amor», afirmó.

En el hospital, considerado como uno de los diez europeos más importantes de su categoría, trabajan 2.100 personas, entre médicos, investigadores, enfermeros y técnicos hospitalarios.

Benedicto XVI recordó las «operaciones de vanguardia que dan prestigio al «Niño Jesús»», pero consideró que por encima de esto es más importante la calidad de la «atención solícita de los pequeños».

«Esto exige una gran disponibilidad –reconoció dirigiéndose a los médicos y demás trabajadores y voluntarios–, espíritu de sacrificio, paciencia y amor desinteresado para hacer que las mamás y los papás puedan encontrar aquí un lugar en el que se respire esperanza y serenidad, incluso en los momentos de más aguda preocupación».

El obispo de Roma les recomendó tratar con su trabajo «de dar una familia a los hospitalizados y a quienes les acompañan».

«Este estilo, que debe dispensar todo centro sanitario, debe caracterizar de manera particular a los que se inspiran en los principios evangélicos. No hay que ahorrar ningún recurso para los niños», subrayó.

El sucesor de Pedro reconoció la misión de quienes trabajan en un hospital «no es fácil». Ahora bien, consideró, «todo será menos difícil si, al dedicar vuestras energías a cada pequeño huésped, sabéis reconocer en su rostro al de Jesús».

El «Niño Jesús», que tiene otras dos sedes en dos poblaciones cercanas a Roma, Paliodoro y Santa Marinilla, cubre unas cuarenta especialidades, que van desde la cirugía cardiovascular, trasplantes, neurocirugía, cirugía plástica, endocrinología, genética, terapia intensiva neonatal e ingeniería clínica.

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ZENIT Staff

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