CIUDAD DEL VATICANO-, jueves, 30 marzo 2006 (ZENIT.org).- Ni Benedicto XVI ni las seis mil personas que vieron en la tarde de este jueves la presentación de la película sobre Juan Pablo II, «Karol, un Papa que siguió siendo hombre», pudieron contener la emoción.

«Petrificados, como si estuviéramos presentes, hemos escuchado otra vez los disparos del trágico atentado en la Plaza de San Pedro del 13 de mayo de 1981», reconoció el pontífice en las palabras que dirigió tras los ocho minutos de aplausos con los que reaccionó el público.

La película, que se basa en el guión del escritor y periodista Gian Franco Svidercoschi, ha sido dirigida por Giacomo Battiato. El papel de Karol Wojtyla es represntado por el actor polaco Piotr Adamczyk. La producción ha corrido a cargo de las italianas Taodue y Mediaset.

El filme, presentado en el Aula Pablo VI del Vaticano, constituye la segunda parte de la película «Karol, un hombre que se convirtió en Papa». Comienza con la elección de Karol Wojtyla como obispo de Roma y abarca el transcurso del tercer pontificado más largo de la historia en tres horas (que en televisión se transmitirán en dos sesiones).

En las palabras que dirigió el Papa tras la proyección constató: « Hemos vuelto a escuchar el llamamiento inicial de su pontificado que tantas veces resonó en el curso de los años: "¡Abrid las puertas a Cristo!, ¡No tengáis miedo!"».

«Las imágenes nos han mostrado a un Papa sumergido en el contacto con Dios y por eso siempre sensible a las esperanzas del ser humano», reconoció.

La película, siguió diciendo, «nos ha hecho pensar de nuevo en sus viajes apostólicos en todos los rincones del mundo, hemos podido revivir sus encuentros con tantas personas, con los grandes personajes de la tierra y con simples ciudadanos, con personas ilustres y desconocidas».

«Entre todos merece una mención especial el abrazo con la Madre Teresa de Calcuta, unida a Juan Pablo II por una sintonía espiritual íntima».

Según la opinión del Papa, en esta película se puede ver «la figura de un profeta incansable de esperanza y de paz que recorrió los senderos del globo para comunicar el Evangelio a todos».

«Han vuelto a nuestra mente sus vibrantes palabras para condenar la opresión de los regímenes totalitarios, la violencia homicida y la guerra, palabras llenas de consuelo y esperanza para manifestar cercanía a los familiares de las víctimas de conflictos y atentados dramáticos, como el de las Torres Gemelas de Nueva York, palabras de valentía y denuncia de la sociedad consumista y la cultura hedonista, que pretende construir un bienestar puramente material que no puede satisfacer los deseos profundos del corazón humano», recordó.

«Que el amado pontífice nos acompañe desde lo alto y nos alcance del Señor la gracia de ser siempre fieles como él a nuestra misión», concluyó.

Este 2 de abril, al celebrarse el primer aniversario del fallecimiento de Juan Pablo II, Benedicto XVI se asomará a la ventana de su estudio para participar en el Rosario que recordará el momento exacto del fallecimiento de Juan Pablo II, mientras la Plaza de San Pedro estaba llena de peregrinos que rezaban esa oración mariana.

El Papa dirigirá su palabra a las 21.37, hora exacta en que su predecesor «regresó a la casa del Padre», según el anuncio que dio el arzobispo Leonardo Sandri, sustito de la Secretaría de Estado.