CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 2 marzo 2006 (ZENIT.org).- El Mensaje para la Cuaresma de Benedicto XVI constituye un resumen de su encíclica «Deus caritas est», explica el secretario del Consejo Pontificio «Cor Unum».
En declaraciones a Zenit, monseñor Karel Kasteel ha revelado que el Papa escribió este documento en el verano pasado, en el mismo momento en el que escribía su primera encíclica.
La Iglesia, dice el pontífice, «es consciente de que, para promover un desarrollo integral, es necesario que nuestra “mirada” sobre el hombre se asemeje a la de Cristo. En efecto, de ningún modo es posible dar respuesta a las necesidades materiales y sociales de los hombres sin colmar, sobre todo, las profundas necesidades de su corazón».
La misiva añade que «ante los terribles desafíos de la pobreza de gran parte de la humanidad, la indiferencia y el encerrarse en el propio egoísmo aparecen como un contraste intolerable frente a la “mirada” de Cristo. El ayuno y la limosna, que, junto con la oración, la Iglesia propone de modo especial en el período de Cuaresma, son una ocasión propicia para conformarnos con esa “mirada”».
«Hoy, en el contexto de la interdependencia global, se puede constatar que ningún proyecto económico, social o político puede sustituir el don de uno mismo a los demás en el que se expresa la caridad», indica.