Esperanza de los obispos vascos ante el alto al fuego permanente anunciado por ETA

VITORIA, jueves, 23 marzo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que escribieron este miércoles los obispos vascos tras el anuncio de un alto al fuego permanente anunciado por ETA.

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Los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria hemos recibido con verdadera esperanza la noticia del alto el fuego permanente anunciado por ETA.

En la medida en que este anuncio vaya a suponer una renuncia definitiva a la violencia, experimentamos junto con nuestra sociedad una sensación de alivio y una expectativa de que éste pueda ser un paso importante en el camino hacia una plena pacificación y reconciliación de nuestra sociedad.

A pesar de que intentos anteriores de pacificación no han llegado a dar el fruto deseado, contemplamos la nueva situación como oportunidad de construir la convivencia social entre todos desde la pluralidad legítima y democrática. Todos los ciudadanos estamos llamados a contribuir a crear un clima social en el que se aleje definitivamente de nuestras relaciones el recurso a la violencia.

En estos momentos los gobernantes y representantes políticos, como servidores del bien común, tienen en sus manos la especial responsabilidad de conducir la construcción democrática de una sociedad justa y en paz para todos, respetando las legítimas diferencias. Pueden contar en esta noble tarea con nuestro respeto y nuestro apoyo.

Junto a muchos cristianos, como pastores de la Iglesia, hemos participado entre otros ciudadanos, en el trabajo por la paz. Seguiremos haciéndolo desde la convicción de que: «La paz se presenta de un modo nuevo… como convivencia de todos los ciudadanos en una sociedad gobernada por la justicia, en la cual se realiza en lo posible, además, el bien para cada uno.» (Mensaje de Benedicto XVI, «En la verdad, la paz» n 6)

Compartimos los sufrimientos acumulados a lo largo de una situación y un tiempo que han sido penosos para muchos y especialmente dolorosos para quienes aun hoy padecen más directamente las consecuencias irreparables de la violencia. Estamos dispuestos a seguir promoviendo en la Iglesia y en la sociedad los servicios y las ayudas necesarias para sanar tan profundas heridas.

Invitamos a los creyentes a orar por la paz y a tomar parte activa en la plena pacificación y reconciliación de nuestro pueblo, movidos por nuestra fe en un Dios Padre de todos. Habremos de sembrar con delicadeza y paciencia en todos los ambientes la experiencia liberadora del perdón solicitado, ofrecido y recibido.

¡Dios bendiga a cuantos trabajan por la paz!

Bilbao, San Sebastián, Vitoria 22 de marzo de 2006

Ricardo, Obispo de Bilbao
Juan María, Obispo de San Sebastián
Miguel, Obispo de Vitoria
Carmelo, Obispo Auxiliar de Bilbao

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ZENIT Staff

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