SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, miércoles, 5 abril 2006 (ZENIT.org–El Observador).- Ante las próximas elecciones federales y estatales, el Consejo Interreligioso de Chiapas emitió este martes una declaración en la que pide a los candidatos proyectos de lucha contra la pobreza y la corrupción.
En el documento, los obispos católicos de las diócesis de ese Estado mexicano y los representantes de otras confesiones cristianas se dirigen también a los políticos para recordarles que el objetivo de una campaña no es «destrozar a los otros contendientes».
Conscientes de que «hay que dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios», los representantes religiosos aclaran que no pretenden «influir en nuestros fieles a favor o en contra de un partido político, o de un candidato, pues nuestra misión religiosa es convocar a la unidad, no dividir por partidismos políticos».
Tras exhortar a los ciudadanos a participar con su voto en las elecciones, les invitan a «conocer y analizar las propuestas, la vida y la historia de los candidatos, para discernir quiénes tienen alternativas reales y posibles para el bien de la patria, que no sean sólo promesas de campaña electoral».
«Hay que analizar si sus propuestas son conformes a nuestra fe, o si sostienen principios contrarios a la misma, en particular sobre el derecho a la vida, sobre la familia, el matrimonio y la libertad religiosa», aseguran.
Los líderes cristianos alientan «a emitir el voto en forma responsable y a tener confianza hacia las instituciones, para contrarrestar el abstencionismo».
«De igual manera, hay que evitar la violencia y la confrontación destructiva –añaden–. Como hermanos en Cristo, aprendamos a escucharnos y a respetar los legítimos resultados, aunque no sean de nuestra preferencia. La legalidad es un marco necesario para la paz social».
«Respetuosamente» los representantes hacen «un llamado a los candidatos a gobernarnos, para que centren las energías de sus campañas en la solución a los graves problemas del Estado y del país, y no en destrozar a los otros contendientes».
«Que nos digan cómo y con quiénes piensan combatir la pobreza, la marginación, la corrupción, la inseguridad, el tráfico de humanos, de droga, de armas y cómo alcanzar la paz social», pide la declaración conjunta.
«Que acerquen su corazón a las necesidades de la ciudadanía y particularmente a los pueblos indígenas, para que escuchen a éstos en sus clamores de justicia y de ser reconocidos plenamente en sus derechos».
«Que presenten formas concretas de atención preferente al campo, para evitar la migración creciente, y cómo defenderán los derechos de los migrantes, de las mujeres y de los niños».
Y puesto que casi todos los candidatos se declaran creyentes en Cristo, les piden que «su inspiración sea el Evangelio, y no la ambición de dominio y de poder».
«Que se traten como hermanos, dentro de la legítima diferencia de personas y de partidos. Que acudan humildemente al Señor, para que les conceda los dones de sabiduría, prudencia, justicia, verdad y la fortaleza».
Los representantes ofrecen sus plegarias por los candidatos, por sus familias y por sus colaboradores.
La declaración está firmada por las diócesis de San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Tapachula. Las otras confesiones cristianas signatarias son la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Iglesia Cristiana El Buen Pastor, la Iglesia Apocalipsis 21,2, la Iglesia Bautista, la Iglesia del Nazareno, y la Iglesia Nacional Presbiteriana.