SEÚL, lunes, 3 abril 2006 (ZENIT.org).- La Iglesia en Corea del Sur levantará un «Centro para la Reconciliación del Pueblo Coreano», un marco cultural y espiritual que «será símbolo de conversión y de perdón».

La solemne celebración eucarística para la colocación de la primera piedra del edificio será presidida por el cardenal Nicholas Cheong Jinsuk --arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang (capital de Corea del Norte)-- el próximo 8 de abril, confirma el dicasterio misionero a través de su agencia «Fides».

La motivación de levantar este centro viene de la necesidad de paz, reconciliación y unidad que tiene el pueblo coreano.

Tales valores deben ser cultivados en la práctica diaria, en las relaciones entre el Norte y el Sur de Corea, en los encuentros entre las familias divididas, en la oración; igualmente, todos los componentes sociales y religiosos de Corea deben tender a este objetivo, cita «Fides».

Corea del Norte --marcada por una gran carestía y por la falta de libertad religiosa-- tiene unos 22 millones de habitantes; Corea del Sur alrededor de 48 millones. La comunidad católica del país supera los cuatro millones de fieles. El paralelo 38 separa el Norte del Sur de Corea desde el armisticio de 1953.

La ciudad de Paju-si --provincia de Gyeonggi-do, al sur de Seúl-- es el lugar elegido para el Centro, de cuya construcción y gestión se encargará la Comisión para la Reconciliación del Pueblo Coreano --de la Conferencia Episcopal-- que dirige monseñor Thomas Choi Chang-hwa.

Se prevé la llegada de numerosos fieles de todas las diócesis coreanas a la celebración de la colocación de la primera piedra del Centro; orarán por la unidad y comunión de los coreanos del Norte y del Sur.

Ya hace más de dos años que la Iglesia en Corea mostró su intención de construir un Centro que trabajara en esta dirección, idea que incluye también la exhortación post-sinodal del arzobispo Cheong bajo el titulo «Con esperanza hacia Dios».

Por su parte, monseñor Choi ha pedido a todos los coreanos que contribuyan a la construcción del Centro y que participen en sus actividades.

Exhorta en particular a los fieles cristianos a «vivir el arrepentimiento, el perdón y la misericordia» especialmente en este período cuaresmal, teniendo siempre presente la necesidad de reconciliación unidad de todo el pueblo coreano.