JAVIER (PAMPLONA), viernes, 7 abril 2006 (ZENIT.org–Veritas).- Mientras los campanarios en Navarra volteaban repiques de gloria, daba comienzo, en el Aula Francisco Jasso, la Eucaristía presidida por el cardenal Antonio María Rouco Varela, Legado Pontificio en esta ceremonia conmemorativa del quinto centenario del nacimiento del patrono de las misiones, san Francisco Javier.
El cardenal Rouco hizo una semblanza del santo navarro de quien destacó su «vocación misionera» y su conversión radical a raíz de las palabras de san Ignacio de Loyola: «¿Qué te importa, Javier, ganar todo el mundo si pierdes tu alma?».
El purpurado afirmó que esta llamada se actualiza en la «necesidad de evangelizar la sociedad actual»: «es muy urgente convencer a nuestros contemporáneos de que si se fracasa en los asuntos del alma, se frustra la vida», y de que «es muy difícil, por no decir imposible, que España y Europa abran futuros compartidos de vida, de justicia, de solidaridad y de paz si se olvida la propia alma», es decir, «las raíces cristianas».
Hizo también referencia a la paz, afirmando que debe basarse en el amor, e instó a los obispos presentes al «servicio del amor» que «no separa sino une»: «lo mejor, lo más verdadero y lo más fructífero que pueden ofrecer la Iglesia y sus pastores a todos los españoles para un futuro de libertad, de justicia, de solidaridad y de paz».
En esta ocasión los accesos a Javier estaban desde primeras horas de la mañana controlados por la Policía Foral y diversos cuerpos de seguridad para permitir la llegada de las autoridades y personas invitadas a esta celebración, destacando la presencia de los Reyes de España. Participaron en la Eucaristía cerca de 1.200 personas.
En un lateral del altar fue instalada la principal reliquia del santo, su brazo incorrupto, llegado el mes pasado desde la iglesia jesuita de El Gesù, en Roma.
Junto al cardenal Rouco se encontraban los cardenales Carlos M. Amigo y Antonio Cañizares, así como el Nuncio apostólico, el arzobispo Manuel Monteiro de Castro, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Ricardo Blázquez y el secretario de la misma, el padre Juan Antonio Martínez Camino, el arzobispo de Pamplona, monseñor Fernando Sebastián, y los dos obispos encargados de los temas misioneros, monseñores Francisco Pérez González, arzobispo castrense y director de las Obras Misionales Pontificias y Ramón del Hoyo López, obispo de Jaén.
Así mismo se encontraban concelebrando el Padre General de la Compañía, Peter-Hans Kolvenbach y los provinciales jesuitas de España, y algunos miembros de la Junta Directiva Nacional de CONFER (Confederación Española de Religiosos).
Para esta celebración se han acercado también obispos de casi todas las diócesis como monseñor José Vilaplana, recién llegado de Roma donde ha presentado el Año Jubilar Lebaniego al Santo Padre.
En la parte musical de la Eucaristía intervino la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona y el coro de monjes del Monasterio de San Salvador de Leyre.
Entre las autoridades políticas que han asistido a la ceremonia estaban el Presidente del gobierno foral de Navarra, Miguel Sanz Sesma, el presidente del Parlamento de Navarra, el alcalde de Javier y presidentes de otras Comunidades Autónomas.
Sus majestades los Reyes de España, recorrieron las nuevas instalaciones del santuario de Javier, visitando el interior del castillo, la capilla del Cristo, la exposición «Xavier Arte» (iconografía de San Francisco Javier) y la sala Schurhammer. Al final de su visita descubrieron una placa conmemorativa.
[Puede leerse la homilía del cardenal Rouco en la página web de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, http://www.evangelizatio.org] </i>