TEGUCIGALPA, lunes, 10 abril 2006 (ZENIT.org).- Está en marcha la creación en Tegucigalpa (Honduras) del Centro Misionero «Ad Gentes» de América Central, confirma el dicasterio misionero.
El nacimiento de tal Centro es fruto de las conclusiones del II Congreso Americano Misionero (CAM2-COMLA 7) que acogió Guatemala en 2003 y del plan misionero elaborado para América Central, con el objetivo de dar un fuerte impulso a la acción misionera de la Iglesia que peregrina en el continente.
«Iglesia en América, tu vida es misión» fue el lema de aquella gran cita de la Iglesia desde Alaska a Tierra del Fuego. Del 25 al 30 de noviembre de 2003, más de 3.000 participantes se reunieron con ese motivo.
Fruto de sus trabajos se concluyó que una de las líneas fundamentales para impulsar la misión «ad gentes» en la Iglesia en América debía ser potenciar la formación (Zenit, 11 marzo 2004).
El Centro Misionero «Ad Gentes» de América Central se encuentra en fase de preparación y constitución, confirmó recientemente la agencia «Fides» de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos.
En particular se está llevando a cabo la definición de los contenidos de los cursos y del inicio de las operaciones propiamente como Centro, cuya apertura está prevista para el próximo 1 de junio.
Son responsables del Centro todos los obispos de América Central coordinados por la presidencia del Secretariado Episcopal de Centroamérica (SEDAC), la Comisión Centroamericana de Misiones (COMCAM) y el equipo directivo.
El padre Edgar Orozco, sacerdote de las diócesis de San Isidro de El General (Costa Rica), será el director de dicho Centro.
Entre los objetivos y misión principal del Centro figuran la formación misionera para laicos, religiosos y sacerdotes en diferentes dimensiones (misioneros «ad gentes» «ad intra», agentes de pastoral que van a la misión parroquial, misioneros «ad gentes» «ad extra»); la promoción de la animación de la pastoral misionera en cada región; la promoción y acompañamiento de la inserción de los misioneros que acuden a trabajar a las Iglesias particulares de América Central y de aquellos que regresan a su Iglesia local después de un servicio misionero «ad extra».
Igualmente se orienta a mantener la relación con los consejos Nacionales de Misiones de los países de América Central y a ofrecer su disponibilidad para acompañar procesos de pastoral misionera donde sean requeridos sus servicios.
Según lo previsto en el proyecto, los misioneros participarán en un proceso de formación en cada nación, cuya duración será aproximadamente de dos años; durante éstos se celebrarán encuentros mensuales sobre temas relacionados con la misión.
Después de ese bienio se proyecta el traslado a Tegucigalpa (Honduras), donde tendrá la sede el Centro; allí se prevé la estancia de un año en régimen de internado con un programa de formación mucho más intenso y una formación diferenciada en algunos campos, según se trate de sacerdotes, religiosos o laicos.