Así lo expresa un telegrama ha sido enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, en nombre del Papa, al arzobispo Angelo Bagnasco, obispo castrense de Italia.
«El Sumo Pontífice, que ha recibido con profundo dolor la noticia del atentado en Nasiriya, donde han perdido la vida en el cumplimiento generoso de una misión de paz, militares italianos junto a un colega rumano, expresa su firme reprobación por este nuevo acto de violencia que, al unirse a otras despiadadas acciones perpetradas en Irak, constituye un obstáculo más en el camino de la concordia y de la reconstrucción de aquel atormentado país», explica el mensaje.
El Papa hace llegar «la expresión de su profunda cercanía espiritual a los familiares de las víctimas por un luto tan grave que afecta a las fuerzas armadas italianas y rumanas y a las comunidades nacionales respectivas».
«Mientras asegura plegarias fervientes de sufragio por las jóvenes vidas truncadas», Benedicto XVI «invoca el consuelo celeste para cuantos lloran esta trágica desaparición y envía a todos una bendición apostólica especial, pensando especialmente en los heridos y en cuantos, civiles y militares, se dedican a una tarea tan ardua al servicio de aquella población sometida a pruebas tan duras».