Este Instituto forma parte de la Obra Familiar de Schoenstatt, fundada en Dachau por el Padre José Kentenich el 16 de julio de 1942, según informa una nota de prensa emitida por esta realidad eclesial.
Cuatro matrimonios junto con ellos forman la Dirección Internacional de este Instituto, que está presente en 14 países de Europa y las Américas. Ellos son Teresa y Ricardo Martino, de Madrid, España; Patricia y José Köstner, de Buenos Aires, Argentina; Margarete y Herbert Beck, de Munich, Alemania; y Pilar y Luis Jensen, de Santiago, Chile.
El Asistente espiritual es el Padre Horacio Sosa Carbó, de Argentina, miembro del Instituto Secular de los Padres de Schoenstatt. Los superiores Generales anteriores, Anneliese y Francisco Nuño (España), asumirán la tarea de custodiar el Santuario Internacional de Schoenstatt en Belmonte, Roma, a cargo hasta ahora de Terezinha y Nivaldo Abram, quienes regresan a Brasil.
Uno de los temas destacados del Capítulo General –que se celebra cada seis años en Schoenstatt y del que participaron unos 30 matrimonios- fue la pastoral del matrimonio y la familia. Ese fue también el contenido fundamental del encuentro del Capítulo con monseñor Reinhard Marx, obispo de Treveris, Alemania.
En dicho encuentro monseñor Marx confirmó la importancia del matrimonio y de la familia durante su visita a Schoenstatt: «Podemos agradecer porque en nuestra sociedad, después de décadas de ceguera frente a este tema, al menos vuelve a evidenciarse que el matrimonio y la familia son esenciales para el futuro de una sociedad».
Monseñor Marx agradeció a todos los que se han comprometido, dentro la rama familiar del Movimiento internacional de Schoenstatt, a dar un testimonio cristiano en sus comunidades, en las parroquias, en los círculos familiares y en el mundo secular. Los animó a no ceder en dar este testimonio. Justamente en una sociedad secularizada es importante mostrar que es sabio y sensato declararse católico.
«Quien cuenta con Dios y dirige la mirada al Invisible, es verdaderamente inteligente», dijo el Obispo. Todos pueden estar contentos de que actualmente se hable de nuevo –y mucho– sobre el matrimonio y la familia. Para la doctrina social de la Iglesia siempre ha sido muy claro que esta institución –al igual que «la comunidad ordenada», el Estado– forma parte de las «instituciones naturales del ser humano».
Previamente, cinco matrimonios – de Chile, Estados Unidos, República Checa, Austria y Alemania – partiendo de sus experiencias personales, expusieron lo que es esencial para las familias del Instituto que se han decidido a una forma de vida en la que el matrimonio y la familia son vividos como una vocación en el espíritu de los consejos evangélicos, algo tan novedoso dentro de la historia de la Iglesia que para el reconocimiento eclesiástico como Instituto Secular aún faltan vencer algunos obstáculos. «¿Cómo anda este proceso en Roma?», fue una de las preguntas en ese sentido del Obispo de Tréveris al Capítulo de las familias.
Una forma de vida tan novedosa que aún no tiene un lugar en el derecho canónico y que a la vez se ha acreditado en diversas culturas y situaciones de vida, fue precisamente lo que evidenciaron los matrimonios en sus breves aportes. El amor matrimonial integral, la vivencia de la Iglesia doméstica en el Santuario del hogar, el diálogo matrimonial obligatorio, el compromiso social y político y el descubrir y aprovechar el carisma personal de cada hijo, son los puntos fundamentales de una moderna espiritualidad matrimonial y familiar.
«A muchos matrimonios y familias le haría bien integrarse a tal comunidad o estar en la cercanía de ella», manifestó monseñor Marx. La preparación al sacramento del matrimonio – tal es su deseo – debe ser mucho más intensa y mucho más espiritual. Algunos matrimonios quizás fracasan porque nadie les indica a los jóvenes que vean el matrimonio como un proyecto, o, tomando una expresión de Schoenstatt: juntos tenemos un ideal y una misión.
A partir del testimonio del diputado checo, participante del Capítulo, el obispo animó al Instituto de Familias a mirar «la vinculación de la mística y de la política» y «ser activos social y políticamente a partir de la espiritualidad».
«El matrimonio y la familia no se pueden reemplazar por otras formas de vida», dijo monseñor Marx. No se trata de reconquistar a la gente por medio de apoyos financieros para tener hijos, sino de mostrar a la familia como fuente de alegría. «Muestren que los hace felices tener muchos niños, que a los niños les hace bien tener hermanos y que en tales familias también se vive una vida espiritual. ¡Muestren a todos que esto es posible!».
Actualmente forman parte del Instituto de las Familias 214 matrimonios de catorce países, y hay otros 85 matrimonios en período de introducción.
Más información en www.schoenstatt.de