El estudio –dado a conocer por la agencia Catholic News Service– indica que la Iglesia católica incluso apoya a los mexicanos a reafirmar su identidad nacional en el nuevo país al que han llegado y los provee de herramientas para compenetrarse con la sociedad y la política de Estados Unidos.
El trabajo del Centro Woodrow Wilson lleva por título «No más invisibles: inmigrantes mexicanos y su participación cívica en los Estados Unidos» y representa una nueva perspectiva sobre el fenómeno de la inmigración que, sin duda, será importante cuando se discutan las reformas migratorias en el período de septiembre a noviembre en el senado estadounidense.
Entre los temas que aborda el texto destaca el hecho de que los símbolos y los patrones litúrgicos de la Iglesia son los mismos en ambos países (a causa de la universalidad de la Iglesia católica), lo que hace que los inmigrantes enfrenten, proactivamente, su nueva situación. En ese sentido, el estudio recuerda que los obispos de Estados Unidos han sido fervientes promotores de una reforma migratoria integral.
Según las cifras que maneja el Centro, más de once millones de personas que viven en Estados Unidos nacieron en México, lo que representa cerca del tres por ciento del total de la población de este país, que asciende a 300 millones de habitantes.
«A través de iglesias, uniones, organizaciones de defensa de los derechos de los trabajadores y medios de comunicación en idioma español, los inmigrantes mexicanos están incrementando su participación en la sociedad de Estados Unidos», dijo Jonathan Fox, uno de los autores del estudio durante la presentación del mismo mediante una teleconferencia desde la Universidad de California en Santa Cruz.
La toma de conciencia de los inmigrantes se ha hecho patente en las grandes manifestaciones callejeras la primavera pasada, en la que millones de personas tomaron las calles de Los Ángeles y otras capitales, bajo el grito de «No somos criminales, somos vecinos». Para muchos significó la primera salida en público desde que iniciaron su estancia en EE UU.
«Lo que es válido para los mexicanos, es válido para el resto de las naciones latinoamericanas», dijo Jonathan Fox, quien también es profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de California.
En el estudio se demuestra que la Iglesia católica reafirma tradiciones, prácticas y creencias de los países de origen de los inmigrantes y, simultáneamente, los expone a la cultura, las instituciones y las tradiciones de su nuevo mundo. Según encuestas, 75 por ciento de los inmigrantes mexicanos son católicos.
De acuerdo con la investigación del Centro Woodrow Wilson, las parroquias atraen a los mexicanos porque les proveen de un lugar de refugio y encuentro, sobre todo a los inmigrantes recientes; además, les otorgan servicios tangibles que los ayudan a adaptarse a su nuevo país y, muy a menudo, les dan un sentido de comunidad muy parecido al de su lugar de origen.
«Los mexicanos están también cambiando las iglesias católicas y protestantes de Estados Unidos, llevando a ellas sus propias prácticas y sus visiones del mundo dentro de sus comunidades religiosas», confirma el estudio.
En otro punto, la investigación muestra que el dinero que envían los inmigrantes a México ha contribuido a hermanar parroquias, al tiempo que ha generado la posibilidad de que éstas jueguen un papel determinante en la co-participación en estrategias de desarrollo más allá de las fronteras.