La Virgen de Guadalupe, símbolo de identidad, no de política

Comunicado de la arquidiócesis primada de México

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MÉXICO, jueves, 24 agosto 2006 (ZENIT.orgEl Observador).- Como una respuesta «ante la inquietud y al sentimiento lastimado y ofendido de muchos católicos mexicanos», en especial del Distrito Federal, por el uso de la imagen que están haciendo los simpatizantes del candidato de la izquierda a las pasadas elecciones presidenciales, Andrés López Obrador, la arquidiócesis primada de México, a cuyo frente se encuentra el cardenal Norberto Rivera Carrera, ha emitido un documento de nueve puntos en el que específica las normas de la veneración a la tilma de san Juan Diego y el mal uso que se está haciendo de ella en las protestas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

El sábado pasado, simpatizantes del PRD marcharon hasta la Villa de Guadalupe para protestar por lo que ellos llaman un «fraude electoral» en los comicios del 2 de julio. Entre los estandartes de los manifestantes, no faltaron mantas alusivas a la Virgen de Guadalupe emitiendo un voto en una urna o pidiendo que se recuenten los votos y se anule la elección presidencial.

Los últimos días, gran número de fieles se han acercado a los representantes de la Iglesia católica «para manifestar su dolor y perplejidad por la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe que está siendo usada por un grupo de personas que protestan por los resultados preliminares de la reciente elección presidencial», señaló el comunicado difundido por la arquidiócesis Primada de México, que a continuación presentamos en su integridad.

* * *

1. Desde la aparición de la sagrada imagen de Ntra. Señora de Guadalupe, la tilma quedó bajo el cuidado del Arzobispo de México y así ha permanecido hasta nuestros días, por lo que el Arzobispo tiene el deber de cuidar por su integridad, respeto, culto y uso que se le de a la imagen.

2. Si bien el Arzobispo de México es el custodio de la imagen, ésta es patrimonio universal pues su reconocimiento y culto se ha extendido hasta los últimos rincones de la tierra y es por tanto un patrimonio no sólo religioso sino también histórico y cultural del pueblo mexicano, que forjó su identidad desde la fe en este símbolo extraordinario del amor de Dios.

3. A lo largo de la historia nacional María de Guadalupe, fue un símbolo en torno al cual se fue forjando nuestra identidad como un pueblo autónomo de España; ella acompañó al cura Hidalgo en el movimiento independentista, ella también fue tomada como estandarte durante la Revolución de 1910 y ha acompañado a innumerables luchas que han pugnado por la libertad y los derechos de los más pobres y desamparados. En todos estos movimientos la Virgen de Guadalupe fue tomada como protectora, jamás fue alterada su imagen original, se respetó su icono tal y como se apareció, cosa que por desgracia no ha sucedido con quienes ahora de una manera irreverente han manipulado su diseño original y han forzado su figura orante para presentarla emitiendo su voto a favor de una opción política, excluyendo así de su protección y maternidad a quienes tienen una preferencia diferente.

4. Una imagen que ha sido adulterada así, divide y no une al pueblo de México, ofende el sentimiento religioso de millones de católicos que no quieren ver a su amada imagen contaminada con las interminables contiendas políticas.

5. Le asiste la razón a la clase política desde la perspectiva legal y canónica, cuando pide que la Iglesia no participe en política partidista, pero la Iglesia también exige a los políticos sea cual sea su afiliación partidaria no usar y manipular los símbolos sagrados para apoyar sus fines, mucho menos cambiar las formas originales para forzarlas a respaldar sus posturas e incluso causar desorientación entre la gente.

6. La inmensa mayoría de los católicos nos sentimos profundamente lastimados y ofendidos por la deformación abusiva que raya en el sacrilegio de la Sagrada imagen de Ntra. Sra. de Guadalupe que es presentada con la leyenda de «la madre de todos los plantones».

7. Exigimos a la Coordinación de Organizaciones Ciudadanas, retirar inmediatamente la imagen que han deformado para sus fines y ser respetuosos de la fe de los fieles católicos que no aceptan esta manipulación y falta de respeto a la sagrada imagen.

8. Por último, la Arquidiócesis Primada de México quisiera aclarar que Nuestra. Sra. de Guadalupe es patrona y madre de todos los mexicanos, nadie puede impedir que se acerquen a ella en sus necesidades y aflicciones. Todos pueden hacer uso de su sagrada imagen para rendirle veneración y experimentar su amor y protección, pero su imagen original exige ser tratada con respeto, lo cual excluye la alteración o peor aún, la manipulación de su forma original tal y como está en el ayate del Tepeyac. Algunos argumentan que se debe respetar el derecho a la libertad de expresión al interior de los templos, sin embargo cabe destacar un principio universal, este derecho tiene un límite cuando se daña o lastima a otras personas, en este caso se está ofendiendo a los católicos. Recordemos la frase célebre del Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez: «El respeto al derecho ajeno es la paz». Por tanto, los católicos tenemos el derecho de que nuestras imágenes sagradas y nuestros templos sean respetados siempre y más aún al momento de celebrarse la santa misa. Por lo que toda manifestación política dentro de los templos es una violación a este derecho y al respeto que se le debe a los fieles y a Dios.

9. La Virgen de Guadalupe puede seguir acompañando a todos sus hijos sin distinción de preferencias políticas en la búsqueda de la justicia la libertad y la paz, siempre y cuando se tenga clara su sacralidad y la veneración que le deben todos.

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ZENIT Staff

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