RIO DE JANEIRO, viernes, 25 agosto 2006 (ZENIT.org).- Monseñor Dimas Lara Barbosa, obispo auxiliar de Río de Janeiro, Brasil, analiza algunas de las cuestiones cruciales para los católicos a la hora de elegir a candidatos políticos.
En el momento en que Brasil empieza a vivir el clima de las elecciones de octubre próximo, Zenit ha realizado una detallada entrevista al obispo, de la que ofrecemos la segunda parte. La primera se publicó este jueves (Cf. Zenit, 24 de agosto de 2006).
–¿Las cuestiones de vida y familia deben pesar a la hora de la elección del candidato a presidente, así como senadores, diputados federales, diputados estatales y gobernadores?
–Monseñor Lara: Sin duda alguna. En la Arquidiócesis de Río de Janeiro, se elaboraron un estudio y una carpeta sobre el Voto Consciente, en que esa temática es abordada explícitamente. El Documento 82 de la Conferencia Episcopal (CNBB), titulado «Elecciones 2006», incluyó el fortalecimiento de las exigencias éticas en defensa de la vida como una de las «grandes opciones del Proyecto de Nación» a ser construido a partir de las próximas elecciones. Los obispos de Brasil, en sintonía con la gran Tradición de la Iglesia, piden que «los poderes constituidos elegidos –a todos los niveles– rechacen cualquier proyecto que atente contra la familia o contra la dignidad de la vida humana, especialmente en lo que dice respecto a la legalización del aborto y de la eutanasia. Corresponde a los sistemas y a los servicios de salud pública garantizar las debidas condiciones de salud a la mujer y al niño (cf. Documentos de la CNBB, n.82, páginas 33-34). Y además: «El primer criterio para votar a un candidato es su posición sobre la defensa de la dignidad de la persona humana y de la vida, en todas sus manifestaciones, desde su concepción hasta su fin natural con la muerte (cf. página 39).
–¿Qué otros criterios deben tener en cuenta los católicos a la hora de elegir a los candidatos?
–Monseñor Lara: A ese respecto, recuerdo algunas orientaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro.
En primer lugar, conviene conocer la historia personal del candidato, lo que ya ha realizado en mandatos anteriores, descubrir las causas que abrazó, si estuvo o no implicado en escándalos y fraudes, si, con facilidad, mantiene contacto con sus electores o si se aleja de ellos después de elegido.
Otro buen camino es percibir quién está apoyando al candidato, de dónde vienen los recursos financieros de su campaña.
Algunos candidatos tal vez se hayan visto envueltos en delitos, incluso asesinatos, robos, corrupción activa y pasiva, tráfico de drogas… Algunos pueden haber sido condenados en primera instancia y han recurrido a instancias superiores. El sentido común manda evitar, con toda firmeza, a tales candidatos.
Son varios los casos de políticos que actúan comprando votos. Lo hacen a través, por ejemplo, de obras realizadas al final de los mandatos. Algunos prometen empleos, garantizan cargos. La Ley 9840, fruto de una iniciativa popular, en la que la CNBB tuvo un papel fundamental, se destina a reprimir el delito de la compra de votos y el uso electoralista de la máquina administrativa. La pena es la casación del registro del candidato, aplicada poco antes de la elección o del nombramiento del infractor.
Aunque en el actual marco político brasileño no se de el debido valor a los partidos políticos, es indispensable identificar el partido al que el candidato está afiliado. Un político puede incluso no votar con el partido en cuestiones de menor importancia pero, en aquellas que realmente atañen a la vida del pueblo, es allí donde el partido y el candidato se revelan.
Además, hay mucha gente que usa la religión para enriquecerse, explotando la buena fe del pueblo. Otros usan la religión para atreverse a afirmar que son los candidatos de Dios. Algunos se dicen religiosos, se dicen católicos practicantes, pero sólo los vemos en las iglesias en periodo electoral. Conviene preguntar siempre de qué manera el candidato se sitúa ante las cuestiones religiosas. ¿Tiene respeto? ¿Intenta sacar provecho para ganar la elección? ¿Desprecia, critica o incluso ataca a la Iglesia católica, sea golpeando imágenes, como ya ocurrió en el pasado, sea otras veces difamando y calumniando?
–Ricardo Cascioli, director del CESPAS (Centro Europeo de Estudios sobre Población, Ambiente y Desarrollo), reveló a Zenit en diciembre de 2005 que existe «una amplia campaña internacional dirigida presionar a los países en los que el aborto está prohibido o limitado. América Latina es el objetivo principal de este ataque, pues es prácticamente el único continente en el que el aborto sigue ampliamente prohibido». ¿Cuáles son, en su opinión, los verdaderos intereses que están detrás de la promoción del aborto en Brasil?
–Monseñor Lara: En primer lugar, conviene recordar el famoso «Informe Kissinger», titulado «Implicaciones del crecimiento de la población mundial para la seguridad de los intereses externos de Estados Unidos».
Ese documento «confidencial», producido por el equipo de Henri Kissinger en 1974 y desclasificado por la Casa Blanca en 1989, manifiesta preocupación ante el aumento de la población mundial y propone políticas y estrategias que deben ser implementadas por el Gobierno de Estados Unidos, para la reducción de la población de los países en desarrollo. Además de recomendar varios medios de «planificación familiar», entre ellos la esterilización de hombres y mujeres, el documento afirma que «ningún país ha reducido el aumento de su población sin recurrir al aborto». En ese contexto, Brasil se menciona como uno de los «13 países clave» para que se ejerza ese control poblacional.
Ahora bien, ese documento no es más que la punta del iceberg. En el sitio Providafamilia.org, se pueden obtener numerosas informaciones sobre Proyectos de Población en Brasil, el lobby del Congreso Nacional, y una enorme cantidad de dinero inyectada en los proyectos por entidades poderosas como las fundaciones Ford y MacArthur.
[La tercera parte de esta entrevista se publicará este domingo]