Las Iglesias de Jerusalén rechazan el sionismo cristiano

Declaración del patriarca Sabbah y otros líderes

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JERUSALÉN, jueves, 31 agosto 2006 (ZENIT.org).- El patriarca latino de Jerusalén Michel Sabbah, junto a los líderes de otras Iglesias cristianas locales firmaron, el pasado 22 de agosto, una declaración sobre el moderno sionismo cristiano, una corriente difundida entre confesiones cristianas de Estados Unidos.

«Rechazamos categóricamente las doctrinas del sionismo cristiano como falsa enseñanza que corrompe hoy el mensaje bíblico de amor y justicia», afirman.

Los otros líderes que firman la declaración son el arzobispo Swerios Malki Mourad, del Patriarcado Sirio Ortodoxo de Jerusalén, el obispo Riah Abu El-Assal, de la Iglesia Episcopal de Jerusalén y Medio Oriente, y el obispo Munib Younan, de la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa.

La declaración se inicia con la cita evangélica: «Bienaventurados los hacedores de paz porque serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5, 9).

Según los líderes cristianos firmantes de la declaración, «el sionismo cristiano es un moderno movimiento teológico y político que adopta las más extremas posiciones ideológicas del sionismo, de tal modo que se convierte en detrimento para una justa paz entre palestinos e Israel».

Asimismo, indican que «el programa sionista cristiano tiene una visión del mundo en la que el Evangelio es identificado con la ideología del imperio, colonialismo y militarismo. En su forma extrema, realiza un énfasis en los acontecimientos apocalípticos que llevan al final de la historia más que en vivir el amor de Cristo y la justicia hoy».

Los líderes cristianos rechazan también «la alianza contemporánea entre líderes sionistas cristianos y organizaciones con elementos en los gobiernos de Israel y Estados Unidos, que están presentes imponiendo sus fronteras preventivas unilaterales y su dominación sobre Palestina».

«Esto inevitablemente –añaden– conduce a ciclos de violencia sin fin que minan la seguridad de todos los pueblos de Medio Oriente y la paz del mundo».

Así mismo, los firmantes de la declaración rechazan «las enseñanzas del sionismo cristiano que facilita y sostiene estas políticas en cuanto que estas propician la exclusividad racial y la guerra perpetua en lugar del evangelio de amor universal, redención y reconciliación enseñado por Jesucristo». Y hacen un llamamiento a todos «a liberarse de ideologías de militarismo y ocupación».

Dirigen también un llamamiento a los cristianos de las Iglesias de cada continente «a rezar por los pueblos palestino e israelí, que sufren ambos como víctimas de ocupación y militarismo».

También hacen un llamamiento a «todas las Iglesias que permanecen en silencio, a romper su silencio y hablar en favor de la reconciliación con justicia en Tierra Santa».

Los líderes de las Iglesias cristianas firmantes se comprometen a mantener una serie de principios como vía alternativa:

«Afirmamos que todos han sido creados a imagen de Dios. A cambio están llamados a honrar la dignidad de cada ser humano y respetar sus derechos inalienables».

«Afirmamos que israelíes y palestinos son capaces de vivir juntos con paz, justicia y seguridad».

«Afirmamos que los palestinos son un pueblo a la vez musulmán y cristiano. Rechazamos todos los intentos de subvertir y fragmentar su unidad».

«Llamamos a todos a rechazar la estrecha visión del mundo del sionismo cristiano y otras ideologías que privilegian a un pueblo a expensas de otros».

«Nos hemos comprometido a una resistencia no violenta como el medio más efectivo para acabar con la ocupación ilegal y llegar a una paz justa y duradera».

«Con urgencia advertimos que el sionismo cristiano y sus aliados están justificando la colonización, el ‘apartheid’ y el imperialismo».

«Dios pide que se realice la justicia. Ninguna paz duradera, seguridad o reconciliación es posible sin el fundamento de la justicia».

«La lucha por la justicia debe proseguir con diligencia y persistencia pero sin violencia», aclaran.

Los líderes cristianos firmantes concluyen su declaración afirmando: «Sólo la justicia garantiza una paz que lleve a la reconciliación con una vida de seguridad y prosperidad para todos los pueblos de nuestra Tierra. Permaneciendo del lado de la justicia, nos abrimos al trabajo por la paz y trabajar por la paz nos hace hijos de Dios».

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ZENIT Staff

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