MADRID, sábado, 14 octubre 2006 (ZENIT.org).- El primer Congreso Mundial de Televisiones Católicas (http://www.congresomundialtv.com) y la participación de los católicos en los medios de comunicación social: son los temas que aborda el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, S.I., en esta entrevista concedida en Madrid al semanario ALBA (http://www.semanarioalba.com/).
Director del Centro Televisivo Vaticano (CTV) y director general de Radio Vaticana, el padre Lombardi visitó España -por primera vez desde su nombramiento al frente de la Oficina de Prensa de la Santa Sede- para tomar parte en esta gran convocatoria mundial de las televisiones católicas.
Publicamos, por cortesía de ALBA, las reflexiones del sacerdote tras el primer encuentro mundial de este género.
–¿Cómo valora este Congreso Mundial de Televisiones Católicas recién clausurado Madrid?
–P. Lombardi: Me parece que el Congreso ha alcanzado el principal resultado, que era el de permitir que las personas que trabajan en este campo se conozcan para poner en común sus ideas, sus iniciativas y animarse para cumplir una misma misión. Además, creo que se han planteado unas propuestas interesantes por parte de los ponentes, se han facilitado informaciones sobre servicios o nuevas iniciativas que se pueden poner en marcha. Respecto al Centro Televisivo Vaticano, ciertamente ha sido una bonita ocasión para que se conozcan nuestros servicios, estudiar cómo se pueden aprovechar de manera que las imágenes del Santo Padre, que interesan claramente a todas las televisiones católicas, puedan estar a disposición de todos fácil y rápidamente.
–¿Considera que el mensaje de la Iglesia llega adecuadamente a los medios de comunicación?
–P. Lombardi: Estoy convencido que la Iglesia usa los medios de forma natural. Porque si la Iglesia tiene una tarea de evangelización, de misión, de hacer que se conozca la Palabra de Dios a través del Evangelio, los instrumentos de la comunicación social constituyen una de las maneras naturales para desarrollar esta misión. A medida que el hombre crea nuevos instrumentos o desarrolla nuevas tecnologías de comunicación, es justo que sean utilizadas también para este motivo.
Naturalmente, la Iglesia tiene que intentar preparar al personal, organizar la colaboración entre las instituciones o las emisoras que transmiten, por ejemplo, en el campo televisivo. Éste es, también, un aspecto bastante natural, en el sentido de que la Iglesia es una gran comunidad y todos los que forman parte de ella están reunidos por una misma misión. Por tanto, es normal que intenten ayudarse y apoyarse para realizarla de la mejor manera.
–¿Qué aspectos cree que habría que mejorar?
–P. Lombardi: Para realizar bien un servicio de comunicación social es necesario, por una parte, tener una fe buena y una adecuada participación en el seno eclesial; una preparación religiosa y cultural, desde el punto de vista espiritual y teológico, para poder tener contenidos que comunicar; por otra parte, es necesario poseer preparación profesional: la capacidad para comunicar de la mejor manera estos contenidos, de manera que el lenguaje y las formas sean los adecuados para ser entendidos y conseguir eficazmente el interés de los oyentes.
–¿Qué le gustaría sugerir a los católicos que trabajan en los medios de comunicación?
–P. Lombardi: Como he resaltado, los aspectos fundamentales son dos. El primero, estar preparados desde el punto de vista de los contenidos religiosos que hay que comunicar; estar convencidos de la propia fe; estar apasionados, de tal manera que se puedan comunicar, con convicción, unos contenidos sólidos y serios. El segundo, el hecho de prepararse bien también profesionalmente; saber usar adecuadamente los instrumentos que nos han sido confiados. Estos son, naturalmente, los dos componentes.
–Existe un debate sobre el tema «medios católicos o católicos en los medios». Usted, ¿cómo percibe esta cuestión?
–P. Lombardi: Pienso que las dos vías son complementarias. Es decir, claramente es necesario que los católicos estén presentes, de la manera que sea posible, en el amplio mundo de los instrumentos de la comunicación social. También en los llamados laicos o en los públicos, que alcanzan unas grandes audiencias. Quizá en éstos el espacio para una comunicación explícita del Evangelio puede estar limitado, pero puede existir siempre una buena contribución de inspiración cristiana y, en la medida de lo posible, de verdad y objetividad para comunicar la vida de la Iglesia o los valores morales y religiosos.
Al mismo tiempo, pienso que en la vida de la Iglesia, que es una gran comunidad, hay también espacio y utilidad para unos medios explícitamente católicos, que pueden servir tanto para la comunicación interna de la Iglesia, dando mayor espacio y desarrollo a los argumentos de carácter religioso que afectan a la vida de la comunidad eclesial, como para unos telespectadores u oyentes, no pertenecientes a la Iglesia, que quieran también una comunicación más amplia y en profundidad sobre los contenidos religiosos, morales, espirituales, respecto a aquellos que vienen dados por los medios de comunicación laicos, que, a menudo, ofrecen una información más limitada o parcial.
–¿Qué opinión le merece la existencia de proyectos empresariales laicos, pero de inspiración católica?
–P. Lombardi: Existen todo tipo de posibilidades. Creo que no existe una única fórmula para ser cristianos o católicos en las comunicaciones sociales. Hay que tener mucha confianza en la creatividad de los creyentes, que, según las distintas situaciones, encuentran las fórmulas adecuadas para responder a las exigencias del mundo en el que viven. Por tanto, es difícil dar una formula única y común que deba ser seguida por todos. Creo que la fórmula que usted dice, de un medio que no es institucionalmente cristiano, pero que está inspirado en los valores cristianos, puede ser también una fórmula válida.
[Iván de Vargas – Alba]