BAGDAD, lunes, 23 octubre 2006 (ZENIT.org).- Según el reciente testimonio del religioso redentorista iraquí Bashar Warda escuchado en la sede internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), la escalada de la violencia en todo Irak entre musulmanes chiíes y suníes está obligando a los creyentes que aún viven en Al Dora, un barrio de Bagdad conocido como el Vaticano de Irak, a abandonar el país.
«Casi 700 familias cristianas se han visto obligadas a huir al norte de Irak, Siria y Jordania. Casi una docena de centros católicos, incluido el Babel College, la única Universidad teológica, y al menos cinco iglesias han cerrado sus puertas en Al Dora», dijo.
Además, en agosto de este año, dos sacerdotes fueron capturados y torturados: el sacerdote caldeo padre Saad Sirup Hanna de la iglesia de San Jacobo, y el padre Basil Yaldo, rector del seminario de San Pedro.
Pese a este trágico balance, el padre Bashar Warda trajo algo de esperanza cuando habló de una iniciativa para la escuela primaria puesta en marcha en otra parroquia del este de Bagdad.
Según explicó, en la escuela de la Carpa de María, ubicada en un edificio parcialmente financiado por AIN, reina la armonía entre los 380 alumnos, de los cuales un 70% son musulmanes.
También afirmó que los centros de salud católicos son muy populares entre los musulmanes.
«Debido a la confianza que los musulmanes tienen en nuestras instituciones educativas y médicas, deberíamos mantenerlas en pie. Es la única esperanza que tenemos de que Irak algún día supere esta terrible situación», señaló.
El padre Joaquín Alliende, asistente eclesiástico internacional de AIN, ha lanzado un llamamiento a todos los cristianos para que recen por los inocentes asesinados e incluso crucificados por las milicias islamistas, así como por aquellos cuyas vidas corren peligro en estos momentos: «Los cristianos corren un peligro extremo en esta absurda guerra. Acompañémoslos con una oración incesante para ayudarlos a superar todas las amenazas y la persecución.