Al final de la audiencia general, el obispo de Roma se acercó a conversar unos momentos y a dar consuelo a la señora, que llegó acompañada a la plaza de San Pedro por el alcalde de la ciudad eterna, Walter Veltroni.
La señora, que en sus declaraciones a los medios de comunicación tras el fallecimiento de su hija ha dado siempre testimonio de una profunda fe, no escondió su emoción al escuchar las palabras de cariño por su hija y de ánimo que le dirigió el pontífice.