Episcopado de Costa Rica a la opinión pública: Llamamiento a la paz

SAN JOSÉ, lunes, 30 octubre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado difundido desde la Conferencia Episcopal de Costa Rica (http://www.iglesiacr.org/) en el contexto de las movilizaciones frente al Tratado de Libre Comercio de Centroamérica y República Dominicana con los Estados Unidos.

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El texto hace hincapié en que es deber del Estado garantizar el derecho de los ciudadanos a disentir, pero a éstos señala que es ajeno «a la idiosincrasia del costarricense contemplar en la confrontación la solución de conflictos».

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A la Opinión Pública

Un llamado a la Paz

Mi Paz les dejo, mi paz les doy…(Jn 14,27)

Ante el anuncio de inminentes manifestaciones por parte de sectores sociales con motivo del Tratado de Libre Comercio de Centro América y República Dominicana con los Estados Unidos, los Obispos queremos hacer un vehemente llamado a la ciudadanía para que, una vez más, como Nación, demos ejemplo al mundo, desterrando la posibilidad de una confrontación violenta y favoreciendo la superación de las diferencias en aras de la preservación de la paz.

Esta Paz Social, como bien supremo, exige de todos y cada uno de los costarricenses un análisis sereno en un clima de convivencia pacífica que favorezca la confianza y el respeto entre todas las partes interesadas. Como nos recordara Juan Pablo II, el diálogo por la paz debe instaurarse ante todo a nivel nacional, para resolver los conflictos sociales y buscar el bien común… Por lo tanto, teniendo en cuenta los intereses de los diferentes grupos, la concertación pacífica puede hacerse constantemente, a través del diálogo, en el ejercicio de las libertades y de los deberes democráticos para todos… [1]

En un «Estado de derecho» como Costa Rica, todos podemos manifestarnos pues, en consecuencia, un Estado no puede privar a sus ciudadanos de sus derechos civiles y políticos, ni siquiera bajo el pretexto de querer asegurar su progreso económico o social. [2]

El Estado es el que debe garantizar, defender y promover que los ciudadanos, contando con la posibilidad real, no sólo formal, de ejercer sus derechos, puedan proponer, legítimamente, una visión diferente de las cosas y, si fuera el caso, disentir.

A su vez, el sano ejercicio de nuestros derechos y libertades como ciudadanos, nos obligan a considerar que existen límites, es decir, mis libertades son tan amplias en el tanto mis acciones no lesionen los derechos de terceros.

Creemos que no corresponde a la idiosincrasia del costarricense contemplar en la confrontación la solución de conflictos. Como ciudadanos defendemos que, desde el respeto a la institucionalidad del país, la apertura de un diálogo desinteresado, objetivo y leal… lleva consigo la decisión en favor de una paz libre y honrosa y excluye fingimientos, rivalidades, engaños y traiciones. [3]

Reiteramos nuestro llamado a los gobernantes, a las fuerzas políticas, a los empresarios, a los gremios profesionales, a las organizaciones sindicales y laborales, a las organizaciones de la sociedad civil, a los medios de comunicación social, a las universidades y a todas las demás fuerzas vivas del país para que ofrezcan, con sentido patriótico, su invaluable contribución.

A su vez, hacemos un llamado, tanto a las autoridades como a los sectores manifestantes para que, evitando todo brote de violencia y, en el respeto absoluto del orden público, se empeñen en procurar, por todos los medios pacíficos al alcance, el desarrollo de estas manifestaciones.

Elevemos nuestra plegaria para que Cristo Príncipe de la Paz y la maternal protección de Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona de Costa Rica, iluminen el corazón de todos los costarricenses y nos mantengan firmes en la verdad y en la justicia de las que brota la paz.

Dada en la Sede de Conferencia Episcopal de Costa Rica el día 20 de octubre del 2006

Monseñor José Francisco Ulloa Rojas
Obispo Diocesano de Cartago y
Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

Monseñor Hugo Barrantes Ureña
Arzobispo Metropolitano de San José
Vicepresidente de la Conferencia Episcopal

Monseñor Oscar Fernández Guillén
Obispo Diocesano de Puntarenas
Secretario General

Monseñor Ángel San Casimiro
Obispo Diocesano de Ciudad Quesada
Presidente de la Comisión de Pastoral Social- Caritas.

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[1] Juan Pablo II- Jornada Mundial de la Paz 1983
[2] Discurso de Juan Pablo II al Cuerpo Diplomático. 1989
[3] Pablo VI, Ecclesiam suam

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ZENIT Staff

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