CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 6 noviembre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió este lunes en audiencia privada en el Palacio Apostólico del Vaticano al presidente de la República de Hungría, Lászlo Sólyom poco después de celebrarse el quincuagésimo aniversario de la insurrección de Budapest contra el régimen soviético-comunista.
El encuentro, que tuvo lugar en la biblioteca personal del Santo Padre, duró más de 30 minutos, bastante más de lo previsto, prueba del interés que el Papa tiene por la delicada situación que en estos momentos vive Hungría. La conversación fue en alemán.
Tras la audiencia con el Papa, Sólyom, jefe de Estado desde agosto de 2005, fue recibido por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado.
«Durante los coloquios cordiales se habó de la situación del país, con particular referencia a los valores morales y religiosos tradicionales de la sociedad húngara», explicó una nota posterior publicada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
«También se mencionó la aplicación del «Acuerdo entre la República de Hungría y la Santa Sede sobre la financiación de las actividades de servicio público y de otras estrictamente religiosas», en vigor desde 1997, y de otras cuestiones concernientes a las relaciones Iglesia-Estado», añade la nota vaticana.
«Por último, se dio un intercambio de opiniones sobre los temas de la integración europea y de las raíces cristianas del Continente», concluye el comunicado
Al finalizar el encuentro, Benedicto XVI saludó a los acompañantes del presidente, en particular a su esposa Erzsébet Sóylom.
Benedicto XVI había enviado el mesa pasado un mensaje al presidente de la República de Hungría, Laszlo Sólyom, para sumarse a las conmemoraciones del quincuagésimo aniversario de la insurrección de Budapest contra el régimen soviético-comunista, que tuvo lugar el 23 de octubre de 1956.
El aniversario se celebró en Hungría en medio de fuertes protestas contra el primer ministro socialista Ferenc Gyurcsany, quien en una grabación registrada tras las elecciones de abril, en las que resultó vencedor el Partido Socialista, reconocía que el gobierno había mentido durante un año y medio sobre las condiciones económicas del país.
Según algunas estadísticas, de los 10 millones de habitantes de Hungría, el 63 por ciento de la población es católico bautizado.