JOLO, miércoles, 6, diciembre 2006 (ZENIT.org).- Una oleada de actos terroristas y secuestros viene afligiendo a los cristianos de un grupo de islas del sur de Filipinas, denuncia «Ayuda a la Iglesia Necesitada»
(AIN).
El obispo Angelito Lampon, del vicariato apostólico de la isla de Jolo, recientemente relató a la citada Obra de Derecho Pontificio que la actividad terrorista tiene apresados a los cristianos de su circunscripción entre dos fuegos.
Y es que tanto las milicias como las bandas criminales se están cebando en los cristianos –alerta el prelado-, que se han convertido en víctimas de extorsiones y secuestros por motivos más económicos que políticos o religiosos.
«Los cristianos carecen de armas y de protección», recuerda monseñor Lampon, de acuerdo con la nota que difundió el martes AIN.
Por su parte, la policía de las provincias meridionales se resiste a actuar por miedo a represalias.
La ley y el orden han caído, confirmó el prelado. «¿Cómo enfrentarse a un grupo criminal que cuenta con más gente y armas que tú? Si lo intentas, te atraparán a ti y a tu familia. Por ello, es mejor cerrar los ojos ante la realidad: es la forma más segura de seguir con vida», lamentó.
Añadió: «Incluso cuando un caso llega a los tribunales -que ya es raro- no hay juez que se haga cargo. Ni siquiera los jueces musulmanes quieren ser destinados a Jolo».
En los últimos 15 años –recuerda AIN-, muchas religiosas y clérigos han sido secuestrados o asesinados en la zona.
Siete militares hacen guardia ante la residencia de monseñor Lampon, y varios más las 24 horas del día en la catedral de Jolo.
De acuerdo con el obispo Lampon, «la violencia de Abu Sayyaf alimenta los prejuicios y las sospechas».
Para el prelado «no hay duda de que la mayoría de los civiles musulmanes no quieren problemas; están cansados de este largo conflicto».
Pero «los pocos que perturban la paz hacen que se dude de la mayoría, que sólo busca vivir tranquila», y «se están realizando grandes esfuerzos para instaurar la paz, pero la gente se mantiene escéptica debido a la constante sucesión de crueldades como asesinatos, extorsiones y secuestros», constata
Abu Sayyaf es el grupo guerrillero más temido de cuantos operan en el sur de Filipinas. Desde su creación en 1991, la historia de Abu Sayyaf se ha escrito con la sangre de sus víctimas, entre ellos turistas y religiosos.
El pasado febrero, presuntos miembros de este grupo asesinaron a sangre fría a seis cristianos del pequeño pueblo de Patikul, en la isla de Jolo.
Por su parte la isla meridional de Mindanao ha sido escenario de violencia y enfrentamientos interreligiosos. Cada año cristianos y musulmanes celebran anualmente la «Semana de la Paz», promovida por la «Conferencia Obispos-Ulemas». Se extiende con encuentros en otros lugares donde los cristianos son pequeñas minorías, en Marawi, Basilan y Jolo.
Basilan también es recordada como centro de feroces enfrentamientos entre militares y guerrilleros de Abu Sayyaf.
El pasado 29 de noviembre, Zamboanga (en Mindanao) reunió a más de 30 mil personas para celebrar la apertura de la citada «Semana de la Paz», confirma «AsiaNews.it».
Cristianos de diversas iglesias y musulmanes marcharon juntos para pedir el fin del choque entre Manila y los rebeldes del «Frente Moro de Liberación Islámica» (MILF, en sus siglas en inglés), que, por su parte, desde hace cuatro décadas combate para lograr la autonomía de la región con una fuerte minoría (6 millones) de musulmanes.
En los últimos dos años los enfrentamientos han disminuido notablemente por el inicio de las negociaciones de paz con el gobierno, pero éstas se han detenido hace algunos meses.