LONDRES, lunes, 18 diciembre 2006 (ZENIT.org).- Peregrinación de solidaridad con las Iglesias de Tierra Santa: es el objetivo de la visita pastoral que están a punto de realizar a Belén y Jerusalén líderes cristianos de Inglaterra y Gales.
Cabezas de sus respectivas Iglesias locales, los peregrinos son el cardenal Cormac Murphy-O’Connor –arzobispo católico de Westminster-, el reverendo Dr. Rowan Williams –arzobispo de Canterbury, al frente de la Comunión anglicana mundial-, el reverendo David Coffey –ministro baptista, moderador de las «Free Churches»- y el obispo Nathan Hovhannisian –primado de la Iglesia Armenia de Gran Bretaña-.
Todos ellos han pedido oración, durante este tiempo de Adviento, por los cristianos de Tierra Santa -«piedras vivas» que han vivido su fe en esta tierra en los últimos dos milenios-, mientras preparan su peregrinación al lugar del nacimiento de Jesucristo.
Este viaje es una muestra de solidaridad con los cristianos de los Santos Lugares, así como una respuesta a la invitación que les hicieron los fieles de las Iglesias en esa región del mundo.
El próximo 20 de diciembre los peregrinos llegarán a Tierra Santa y se dirigirán a Jerusalén para reunirse con los líderes eclesiales locales, confirma «Catholic Communications Network» -la oficina de relaciones con los medios de la Conferencia episcopal católica de Inglaterra y Gales-.
Al día siguiente se trasladarán a Belén, donde visitarán la Gruta de la Natividad y celebrarán un servicio ecuménico.
Doble objetivo tiene esta peregrinación: por un lado es pastoral; por otro busca encontrarse con los cristianos del lugar, tanto en Belén como en Jerusalén.
El eje de la peregrinación, por lo tanto, será la oración y la reflexión de las Escrituras, así como las oportunidades de culto compartido con miembros de las comunidades cristianas locales.
Tras dos días en Belén, los peregrinos regresarán a Jerusalén. El viaje de vuelta al Reino Unido está previsto el 23 de diciembre.
Mientras, hasta el próximo martes, el presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», el arzobispo Paul Josef Cordes, está visitando Tierra Santa para manifestar la cercanía de Benedicto XVI a las comunidades cristianas y para llevarles ayuda económica en su nombre (Zenit, 14 diciembre 2006).
Por su parte, el alcalde de Belén, Victor Batarseh, en su acostumbrado mensaje navideño ha recordado que, mientras se aproxima la Navidad, la ciudad vive «uno de los períodos más difíciles de su historia» -según se hizo altavoz la agencia misionera de la Santa Sede, «Fides»-.
Y es que el muro de protección que ha levantado Israel ha creado muchas dificultades y aislamiento, impidiendo el enlace con Jerusalén y con otras áreas y transformando la ciudad «en una gran prisión», se lamenta el primer ciudadano betlemita.
La agencia vaticana recogió igualmente el llamamiento de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, en el que piden ayuda a todos los fieles del mundo para «salvar Belén»: en 1965 los cristianos eran el 65% de la población, mientras que hoy representan menos del 12%.
Y en los últimos años otros 3.000 cristianos han abandonado la ciudad por falta de horizontes, dada la difícil situación económica y social.